Luego de vivir años de períodos electorales en Perú las elecciones españolas han resultados muy sosas y con poca chicha. Además de pocas ideas y a ratos con bostezos. Los que pusieron algo de pimienta fueron los llamados partidos emergentes pero no fue suficiente. El tema de la inmigración ha pasado desapercibido a igual que los derechos sociales. Pareciera que el molde franquista ha troquelado al electorado español. Es muy resignado y, por lo general, tiende a votar a los corruptos, en eso hay puntos de encuentro con lo que pasa en nuestros países. Por ejemplo, observar a un diputado por Loreto, muy cuestionado por su gestión como tal, con casco blanco inspeccionando una obra en un lugar de la floresta dice mucho de lo que somos. En este cruce de saberes y experiencias transatlánticas se vive una democracia de baja intensidad. El periodismo ha jugado una basa importante sobre esta ciudadanía gris, callada y que cuestiona muy poco [en plena noche electoral un periodista conforme iban haciendo el recuento de las votaciones él iba sumando posibles alianzas como si fuera una coctelera, vaya nivel de cultura política]. Se suele hablar para denostar de países caribeños pero podrían ser fácilmente como ejemplo y citarlos a los países de Europa meridional. Están en las mismas escalas y representación de la democracia. Un presidente de gobierno cuestionado porque su partido y, posiblemente, él haya recibido dinero “en negro” ha sido el más votado en las últimas elecciones ¿Podremos tener esperanza que esto pueda cambiar?, ¿Dónde está la ejemplaridad pública que estas personas deberían tener? Por los suelos. Con estas actitudes el descrédito de la ciudadanía es mayor sobre la clase política. Deberían hacer algo para enrumbar el barco. En esta democracia española de casi cuarenta años los dos partidos hegemónicos han vivido de las prebendas que les da el poder sin cuestionarlas. Las han asumido sin chistar. Es cierto que se avanzó algo desde la dictadura de Franco pero han debido hacer mucho más. Se han contentado con poco. Ahora con un nuevo mapa político que obliga a pactos políticos los propietarios de los medios comunicación se llevan las manos a la cabeza demostrando la poca cultura de este país para negociar, se parecen a los países caribeños por la cultura autoritaria. Y como epílogo de este sainete y avivar el circo, dos días después de las elecciones vienen los premios de la lotería. Es un país de emociones muy fuertes.