La empresa Luz Oriente, entidad que a partir de la fecha batallará intensamente para mejorar la iluminación artificial en la ciudad de Iquitos, se instaló en las oficinas recientemente compradas en la calle Raimondi. En el último piso presentado ante la prensa  local el  gerente, los funcionarios, las  secretarias, los focos ahorradores, las  duchas último modelo, los   cortadores de la luz no pagada y  un nuevo aparato:   el apagonómetro,  el que medirá a partir de la fecha todo lo que pierde el usuario cuando le cortan súbitamente el servicio.

Como todo el mundo sabe, la antigua empresa eléctrica que vivía en tinieblas, que cortaba el servicio que no prestaba, cuyas calderas contaminaban la ciudad, fue disuelta por el gobierno central. Durante meses los iquitenses vivieron entre las sombras, hasta que se hizo la licitación para la luz pública. La empresa citada ganó el concurso y su medida más importante, que beneficiará grandemente a la población de menos recursos, es la compra de leña.

No se trata de una broma o de aquello del árbol caído que todo el mundo se aprovecha. Se trata de la compra a raudales de leña de buena madera. La empresa no recibirá leña de topa, de cetico o de otro ejemplar frágil. La mejor leña debe ser de capirona, preferentemente. La leña podrá ser traída a cualquiera de los puertos iquitenses o amontonada a la orilla de los ríos Amazonas, Itaya, Nanay y el lago de Moronacocha.