La insidiosa mano negra es una institución extendida en este variado Perú. Entre gallos y medianoche, al cobijo de las sombras, amparado por la impunidad, esa modalidad delictiva aparece de improviso en cualquier parte. En su zarpazo puede alterar fechas, cambiar nombres, variar cifras. Esa garra larga, ávida, voraz, actúa sin demora cuando de defender ciertos intereses se trata. Intereses nada santos, desde luego. Una mano negra, no por el color de piel, sino por la oscuridad de la noche del delito, acaba de aparecer en el caso de la cuestionada consultoría educativa que afecta al Municipio Distrital de San Juan. Esa mano artera ingresó a una de las oficinas supuestamente blindadas del SNIP. Allí hizo su labor subterránea para limpiar la principal observación que era la sospecha de que había ocurrido un ilegal y sancionable plagio.

Pero esa mano negra fracasó en su labor insidiosa. Ya  sea por la prisa de su accionar doloso, por los inevitables nervios de su maniobra o por lo que fuera, no actuó con eficacia y contundencia. Dejó evidentes rastros de su manipulación, tal como se demuestra en la nota de nuestro diario que publicamos hoy. Así este peliagudo asunto se complica. Ya no se trata de un simple gato por liebre, de una viveza de un consultor o del acomodo tardío de parte de funcionarios subalternos que insisten en que no ha pasado nada, que todo fue un error que ya se subsanó, sino de la intervención de alguien enquistado dentro de una entidad que se supone embarcada en velar por los intereses de los peruanos.

Es decir, allá en la lejana y horrorosa Lima, en la capital más centralista de América, se pueden alterar las cosas para favorecer a alguien, gracias a oscuras maniobras que operan dentro de instituciones serias y hasta insospechadas de andar en trafas. Y nosotros, los de la remota provincia, nos tragamos los embustes como si nada. Para salir de dudas y murmuraciones, de dimes y diretes, de declaraciones insustanciales, se impone un peritaje técnico para verificar no ya el recorrido del río Santa por los suburbios de San Juan, sino de conocer si ese estudio responde a la situación educativa de la población involucrada o se trata de un hábil muestreo de otros formatos, otros datos, y acomodados a una parte de la realidad selvática.