En público las personas que tienen algo de información y cierta consciencia democrática rechazan la dictadura que implantó Alberto Fujimori en la década de los 90. Es más, muchos seguramente son activos proselitistas para que una dictadura nunca más gobierne el país. Todo eso en público, pero gran parte en secreto hace lo que casi el 50% de la población piensa y decide. Vota por un gobierno que dice tener mano dura para aplacar la corrupción y la inseguridad y esa imagen, de lejos, ha sido copada por el Fujimorismo desde hace décadas.

¿Por qué el fujimorismo sigue siendo la primera fuerza política, de lejos, en el país? Tienen tanta seguridad que, cualquier iniciativa legislativa moderna y acorde a las necesidades actuales se anule como sucedió cuando la Comisión de Constitución, en realidad fue la bancada de Keiko Fujimori la que votó para la eliminación del Decreto Legislativo 1323 que incluye la orientación sexual y la identidad de género como agravantes en los delitos de discriminación.

Y lo hacen porque saben que entre la población van a encontrar el respaldo que requieren para seguir legitimándose como fuerza política, por eso también se ponen; contrariamente a lo que señala el sentido común y la inteligencia, al currículo nacional aduciendo que implementa una supuesta ideología de género, hecho que ya se ha demostrado hasta la saciedad que no existe. Lo hacen por un principio básico que existe en la política nacional: la demagogia como veleta para pulsear y hacer lo que la gente quiera o pida.

Eso puede considerarse olfato político, pero también oportunismo, el tema es que mientras en círculos académicos y entre opinólogos se debate sobre estas posiciones políticas, la gente sigue sintiendo que el fujimorismo sintoniza con ellos.

No requieren construcción de ciertos valores democráticos o debates elaborados, la gente requiere que le den lo que está pidiendo o lo que su sentido común le reza, ya sea ideológico, económico o social. Si a todo eso le añaden un “héroe” encarcelado y un mártir político que “sufre” por haber intentado salvar al país, obtienen la combinación adecuada para seguir sosteniendo un partido político por largo rato.

A pesar que al interior pueden estar en contradicciones, estas son de formas más no de fondo, porque en el fondo y al final se van alinear cuando la campaña electoral así lo requiera. Hasta un valor extraordinario pueden estar consiguiendo al inventar dos corrientes dentro del fujimorismo, de tal manera que si un bando está desgastado o no funcione, sea el otro sector el que enarbole sus ideas, tal vez más maquilladas o diseminadas, pero con el mismo espíritu político.

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