Por: Katty Riveros Montalván

Les voy a contar una experiencia que me tocó vivir por primera vez;  sí, por primera vez tuve el privilegio de viajar a la ciudad blanca de Arequipa. Fui a cubrir una actividad importante, la tercera edición del Hay Festival… Imagina el mundo.

Mi primera impresión al llegar a esta hermosa ciudad fue su cultura, su infraestructura y que cientos de personas llegaban junto a nosotros para cubrir esta actividad dedicada a la literatura, poesía, música, teatro, exposiciones y variadas manifestaciones artísticas y culturales.

El día de la inauguración en la Biblioteca “Mario Vargas Llosa”, donde se desarrollaba el Hay Festival Arequipa, congregó a cientos de personas entre autoridades, escritores, artistas, periodistas locales, nacionales e internacionales. Todos cautivados por la enriquecida y nutrida programación que presentaba este festival.

Al siguiente día las actividades eran diversas y varias en simultáneo, recorrimos las calles y llegamos al Mercado San Camilo y vaya que me quedé sorprendida al ver lo ordenado y limpio. Y me pregunté ¿por qué en mi ciudad no puede ser igual? Acaso por falta de educación o cultura, de actitud o responsabilidad de cada uno? En ese mercado no había nada de basura, todos los vendedores son responsables y cuidan que su puesto este muy limpio para que puedan atender a sus caseros. Uno puede degustar algún potaje típico en el sector de las vivanderas con agrado. Ni que hablar de sus calles que lucían limpias, en cada esquina había un contenedor para que los pobladores saquen a la hora indicada sus bolsas de  basura.

Al llegar a la plaza de Armas nos topamos con la amabilidad de las personas, todo conservado y cuidado por su autoridad. No hay delincuencia, la gente camina con el celular en la mano, con cartera y no les pasa nada. Porqué en mi ciudad no se puede combatir a estos indeseables, por qué no podemos andar tranquilamente por nuestras calles, eso me pregunto.

Volviendo a la programación cultural, tuve la oportunidad de conocer diversas manifestaciones literarias y culturales donde había de todo, libros, música, arte, ciencia, periodismo de actualidad y mucho más.

Precisamente conocí a una mujer aguerrida, valiente y luchadora que pasó por tantas tragedias y dolor, les hablo de la escritora, activista y fundadora del Centro Integral de Atención a las Mujeres en Cancún, México, Lydia Cacho, quien en un conversatorio con el periodista Gustavo Gorriti dio a conocer los episodios de su vida, que le inspiraron a escribir varios libros como Esclavas del Poder, Memorias de una infamia y Los demonios del edén.

También disfruté de la talentosísima cubana Haydée Milanés quien recorre  el mundo con esa hermosa voz cantando música de su tierra, en cuyo repertorio son infaltables las canciones de su padre Pablo Milanés. Y por si fuera poco anunció que La Flor de la Canela, tras cantarlo en el Teatro Municipal de Arequipa, pasaba a formar parte de su selecto repertorio.

Así como estas manifestaciones culturales hubo muchas más y los salones se llenaban completamente porque a los arequipeños si les interesa estas actividades. Fueron cuatros días intensos, de actividades imperdibles y los más contentos el público local y visitantes que llegaron para disfrutar y empaparse de arte de primer nivel, gracias al Hay Festival de Arequipa.

Espero que algún día en mi lindo Iquitos se organice, nos atrevamos a hacer este tipo de eventos y nuestras autoridades trabajen unidas para captar la atención del mundo, tal como lo hizo la ciudad blanca.