No va ser todo comics para llegar a tener una real aspiración de llegar al poder por parte del hijo del ex presidente Alberto Fujimori. Jugar con las redes sociales promueven un impacto entre irónico y entusiasta, pero para querer ejercer el poder no son suficientes, más aún con una bancada de Fuerza Popular que a partir de ahora le va dar donde más le duele: su padre.

Hace algunas semanas hemos visto como tanto Héctor Becerril, Daniel Salaverry y la propia Cecilia Chacón no han tenido temor al referirse al padre, se podría decir que le han perdido el respeto porque consideran que aún con 60 congresistas tienen el peso suficiente para amedrentar al núcleo “Albertista”, tanto en el Congreso como en la población. O se sienten dueños de una organización poderosa como Fuerza Popular y tienen todo el respaldo de su lideresa Keiko Fujimori que no tendría reparos en desaparecer, políticamente hablando, a su propio padre.

Algunos podrían preguntarse ¿Qué reparos personales o familiares podría tener una persona que ha sabido de torturas contra su madre y no ha expresado una enérgica condena o la haya defendido públicamente? O, a sabiendas que tiene una serie de familiares que han escapado a la justicia por actos de corrupción durante el gobierno de su padre, no haya exigido acción a las autoridades aunque sea por pose política. Si estos son los indicadores de actuación de Keiko no podría sorprendernos que realmente quiera aniquilar a su padre y por ende al hijo preferido. Una posibilidad real en términos electorales deben estar jugándose además en Fuerza Popular.

Perder una elección más la pondría como una fracasada electoral, graduada de incapacidad política tipo Lourdes Flores, situación de la que no hay retorno en el imaginario y toma decisiones popular. Es decir, esta evaluación de tomar la posta por parte de Kenji Fujimori ante el fracaso de su hermana y capitalizar ese fujimorismo tan presente en nuestro país, es una pugna que le abre el camino al “benjamín”.

Sumado a su estrategia marketera de Avengers y una sabida relación de hacer política de a pie tipo su padre, podría realmente ponerlo a kenji en el partido y despejar esas imposibilidades genéticas de las que carga, cómo su consabida incapacidad verbal o su apego actual al gobierno que sin duda será un descrédito, más aún si cae este gobierno como muchos presagian, cosa que no está lejos de ser una realidad cercana.

Su camino, ahora que renunció a Fuerza Popular, es la formación de un nuevo grupo político, más que en el Congreso en el Jurado Nacional y para eso requiere de una movilización real que será la gran prueba de ahora en adelante, porque reclutar más decepcionados del autoritarismo de Keiko al interior de su partido puede ser un buen auspicio pero no lo convierte actualmente en una posibilidad real.

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