Por Filiberto Cueva
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María y Jonathan son escolares. Los dos menores de edad, ella tiene 14 años, y él dos años más. Ambos serán padres de familia y no saben cómo comunicárselo a sus padres, y lo que es peor, sienten que para ellos no hay futuro – ¿y ahora? – se dicen el uno al otro, mientras tratan de consolarse.

En nuestro país, más del 50% de los embarazos son no deseados, dando origen a una serie de desilusiones y complicaciones tanto en la adolescente como en su familia. En un primer momento – tratándose de un embarazo precoz – los padres no saben cómo reaccionar: ¿En qué nos hemos equivocado?, repiten con frecuencia.

Es así que, más del 13.5% de las adolescentes peruanas a son madres o están embarazadas, y cada año 120 mil adolescentes quedan embarazadas por primera vez.

“El próximo año no podré regresar al colegio, ahora seré la culpable de que mis padres sean más pobres. Mis padres siempre me apoyaron con lo que podían, pero ahora, no sé qué va a pasar, es posible que me convierta en una carga para ellos” lamenta María.

¡Auxilio!

Una adolescente se ve expuesta a múltiples riesgos durante su proceso de gestación debido a que su cuerpo se encuentra (aún) en desarrollo y crecimiento, presentando mayores desventajas biológicas a comparación de una mujer adulta. Teniendo en cuenta que el 20% del total de abortos espontáneos corresponde a embarazos no planificados en adolescentes.

Es por ello que un embarazo precoz es casi un sinónimo de mortalidad. Se presentan riesgos de contraer anemia, hipertensión, complicaciones en el parto, placenta previa, entre otros y en el caso de que la joven tenga cuadros de desnutrición, el riesgo de muerte incrementa aún más.

Sin embargo, eso no es todo. Algunos embarazos presentan contagios por VIH y otro tipo de infecciones de transmisión sexual que empeoran aún más el estado de la joven madre y el bebé.

Es el sueño de cada padre ver crecer a sus hijos y que estos se desarrollen, triunfen en la vida y sean felices, motivo por el cual, la prevención de un embarazo y el contagio de alguna infección es también responsabilidad de los padres.

En casa, la familia debe comunicarse con libertad, y los papás, dejar de lado los lenguajes anticuados que les impide dialogar con los hijos. La comunicación es lo más importante en la prevención de cualquier hecho desfavorable.

Una adolescente, para evitar un embarazo tiene la opción de abstenerse de tener relaciones sexuales hasta que tenga la madurez para comprender su significado y responsabilidad. Utilizar adecuada y oportunamente la información sobre el embarazo, sus riesgos y la forma de prevenirlos, y en el caso de haberse iniciado ya, sexualmente, utilizar el condón de forma adecuada durante todas las relaciones cóitales, sobre todo, porque el ciclo menstrual durante la adolescencia suele ser irregular.