Revisando en internet, me encontré con algo que considero interesante y relevante.

Varios estudios médicos sobre el cerebro han escogido el ajedrez para sus pruebas ya que es una actividad que exige un esfuerzo mental grande y es ideal para este tipo de ensayos. En definitiva, lo que se trata de probar es que practicando actividades como el ajedrez el cerebro envejecerá de forma más lenta, por lo que se logrará prevenir la demencia senil e incluso el Alzheimer.

En el Hospital Universitario de Valencia se realizaron unos estudios muy exitosos. Se incluyeron a 120 personas entre 57 y 87 años, que fueron divididos en dos grupos, uno recibiría un curso de ajedrez de un año y el otro realizaría otras actividades. Los resultados no dejan lugar a la duda. El grupo del ajedrez tuvo un 65% de sus integrantes con resultados positivos, alguno de ellos espectaculares, La doctora responsable de la investigación comentó los resultados de la siguiente forma: «Mejoraron sus funciones visioespaciales y su rapidez mental y, en general, eran menos lentos a la hora de procesar la información que recibían». Por cierto, los resultados del segundo grupo también fueron concluyentes: el 0% de los pacientes mostraron cambios positivos en su actividad cerebral.

Un grupo de investigación estadounidense, entre los años 1980 y 2001, realizó unos estudios relacionados con las mejoras cerebrales con diversas actividades. El ajedrez ocupó el primer puesto como mejora del rendimiento cerebral. El médico que dirigió estos estudios declaró: «Llegará el día, no muy lejano, en que el ajedrez será recetado».

Últimamente se busca la relación entre el ajedrez y la prevención del Alzheimer, una enfermedad terrible que sufre el 7% de la población mayor de 65 años. No se conoce ningún caso en el que un jugador de ajedrez haya terminado teniendo esta enfermedad, es más, lo que si se conocen son multitud de casos de jugadores de ajedrez que se mantienen lúcidos hasta edades avanzadas.

También hay otras ventajas que se pueden resumir:

  • Necesitamos conexiones dendríticas para que nuestro pensamiento sea más rápido y eficaz, y el ajedrez es uno de estas situaciones que ayuda a que nuestro cerebro se “conecte”.
  • Nos ayuda a usar ambos hemisferios cerebrales. Usamos el hemisferio izquierdo para reconocer los objetos (piezas), y por otra, el hemisferio derecho nos ayudará a reconocer los patrones o jugadas a realizar.
  • Según un estudio realizado por el Centro de Neurociencia Cognitiva de Lyon, Francia, los pacientes esquizofrénicos que jugaban al ajedrez de forma diaria mostraban un estado de mejoría, mostrando mejor atención, planificación, razonamiento e incluso acababan jugando de forma diaria aunque el estudio hubiera acabado.
  • Según las investigaciones al respecto, el ajedrez mejora el pensamiento y la resolución de problemas de un niño, la lectura, y los resultados matemáticos.
  • Aumenta la autoestima. Si uno pierde una partida, puede buscar sus errores y analizar dónde ha fallado, por qué no ha ganado, y poner más voluntad y fuerza mental a la próxima vez.  Reproducir las propias jugadas para analizarlas aumentará la confianza en uno mismo para el próximo intento.
  • Ayuda en terapia de rehabilitación. De la misma forma que los últimos estudios demuestran que los videojuegos pueden ser muy útiles para la terapia con pacientes que han sufrido un ataque cerebrovascular, el ajedrez también puede servir para ello. Incluso se puede usar en terapia para individuos con autismo o discapacidades varias. Mover las piezas por el tablero puede ayudar como terapia motora, mientras que contribuye a realizar un esfuerzo mental extra y provoca un aumento de la concentración, incluso llegando a relajar a los pacientes, cosa que beneficiaría a los que sufren ansiedad sin ir muy lejos.