Una necesaria rectificación

Errar sin corregirse es precisamente errar, sostiene un impecable dicho oriental. Ante nuestros lectores, ante el público en general, ante los dioses que patrocinan la verdad como doctrina y fundamento, confesamos que hemos errado. Sin maldad, sin malicia, sin mala intención, debido al vértigo del trabajo diario, al cruce de información que demoró en confirmarse, a la avalancha de versiones interesadas, escribimos que la ciclista loretana no le había ganado a nadie. Falso. Ella ha ganado el Campeonato Copa Federación, un torneo convocado por la Municipalidad de Ate, otro evento auspiciado por la Municipalidad de Lima. Además, en abril del 2010, ganó el Campeonato Apertura de Ciclismo a nivel nacional. A ella, a Cinthya Dávila Rodríguez, a sus familiares, parientes y prójimos,  pedimos infinitas disculpas.

Infinitas disculpas pedimos a quienes pusieron el grito en el cielo o se sintieron ofendidos por esa falsa información que parecía tener un tufo de peruanismo ninguneo, deporte tan nuestro, tan practicado para rebajar logros ajenos. Erramos, por supuesto, pero no insistimos en persistir en el error, como tantos otros. Admitimos que podemos equivocarnos. Pero no figura en nuestro ánimo, en nuestro proceder, la ofensa a una dama de estos lares, menos a alguien que puede dar un importante lauro al deporte loretano, amazónico. No somos partidarios de traer abajo al que está adelante, ni de envidiar los triunfos de otros, corriente que es legión en estos pagos.  

Donde sí no erramos es en cuestionar el título de Campeona Nacional con que alegremente se nombra o menciona a la ciclista loretana. En el presente, la Campeona Nacional de Ciclismo es María del Pilar Avendaño. No es, todavía, Cinthya Dávila Rodríguez, como se dice alegremente en ciertos periódicos y en los escritos oficiales del Gobierno Regional. Ese pequeño detalle,  el de otorgar reconocimiento por un galardón todavía no obtenido, de conceder un título que aún no se gana, nos parece aberrante. Es falsear la verdad, es mentir a los demás. Comprendemos que requerimos de victorias, pero no podemos inventarlas. Entonces, recomendamos esperar que la ciclista loretana gane oficialmente ese lauro para nombrarla así. Y ahí lo destacaremos con todas sus letras. Es sólo cuestión de esperar dicen los que confían en la capacidad de Cinthya y seguramente los otros se morderán los dientes para que ello no suceda. Nosotros nos ubicamos entre los primeros.