Madres sin día

En la noche de ayer domingo, cuando las acostumbrados excesos festejantes por el Día de la Madre llegaban a su fin, sucedieron en Iquitos varios casos de agresión contra mujeres.  Violencia en pleno furor de la celebración bailable o espirituosa. Entonces, la  pretendida fiesta, el filial agasajo y tantos simples cumplidos, impuestos socialmente por ese día,  no sólo  se vieron perturbados. Nos permiten ahora escribir sobre la situación de la mujer como madre en la sociedad peruana, tan proclive al machismo y otras violencias contra los seres que nos dieron y dan la vida, como dicen esas canciones gastadas que se repiten cada segundo domingo de mayo.

En el Perú la madre es maltratada y no tiene día que celebrar. La muestra más pavorosa de ella es la ahora abundante presencia de la madre precoz, de la madre casi niña, de la madre que ronda por los trece años. Esa figura está allí, a la vista de todos y todas, tan desamparado y tan lejos de la madurez necesaria para enfrentar los desafíos de la crianza. En todo este país, más de un millón de mujeres son solteras, crían sin ayuda a sus hijos  e hijas, y son jefas de su propia familia. En esta nación los abusos, los maltratos contra las madres de cualquier edad,  y hasta condición,  no dejan de ser un amargo pan de cada día.

En la celebración maternal de este año,  el mandatario Alan García Pérez, cabeza visible de la falange de los que fabrican madres solteras pues su último hijo nació fuera de su hogar, dulce hogar, cantó en palacio de gobierno El provinciano.   Debió cantar una canción más acorde con la situación de esa mujer degradada. Debió cantar, por ejemplo,  una canción protesta contra la voracidad de los comerciantes que asocian esa celebración con el envuelto regalo, el artefacto de moda. La degradación de esa figura venerable comienza, creemos, ahí, en la perversión consumista que convierte esa fecha en obligado gasto, en emisión de factura, olvidando que detrás del pasajero  espejismo está la figura de la madre, peruana y amazónica,  que no tiene derecho a tener su día.