Los condenados de las aguas

El reciente derrame de petróleo parece haberse convertido en una de las tantas pestes que asolaron y asolan cualquiera de los ríos amazónicos. Una peste bárbara, atroz, invasora, que esta vez contaminó el Marañón. No se puede decir otra cosa considerando que las víctimas de esa tragedia fluvial, unos 7 mil moradores que viven en 28 comunidades, están ahora en medio de aguas contaminadas, cerca de porciones de oleo negro que están por todas partes, ante especies malogradas de las aguas que no sirven ya para la alimentación. Como si se tratara de una peste repentina que ha venido en mal tiempo, tiene ahora que defenderse para evitar el exterminio. Como tantas obras veces en la historia fluvial de esta región.

Entonces estamos ante condenados de las aguas sucias y contaminadas. Condenados que parecen abandonados a su suerte, que tienen que buscar por sí mismos como sobrevivir ante la hecatombe. Lo increíble del caso es que hasta ahora no se toman medidas drásticas y severas para ayudar a esa pobre gente, compatriotas nuestros que tienen la desdicha de vivir en esa zona donde el petróleo se derramó de improviso. Es decir, no existe un plan de emergencia para actuar en caso de derrame petrolero. Ello es increíble. Los sectores que deberían tomar cartas en el asunto, están especulando sobre lo que deberían hacer, lo que se podría hacer. Dicen esto y lo otro, pero no actúan. Los pocos paliativos, como el agua tratada, no es gran cosa.

La contaminación del Marañón un hecho grave. No es como ha dicho el señor Pedro Sánchez, ministro de Energía y Minas de este gobierno, que el derrame petrolero no debe ser motivo de alarma agregando, además, que en diez días la empresa limpiará el río. Los condenados por esa tragedia reclaman acciones inmediatas. Nosotros, por nuestra parte, también exigimos lo mismo. En nombre de la conservación de la vida de los habitantes de esa zona. En nombre de la defensa del medio ambiente. Y, también, exigimos a quien corresponda que se investigue el hecho. ¿Cómo ocurrió un accidente de esa envergadura? ¿Qué descuidos permitieron que ese petróleo que parecía seguro se vertiera hacia el río?