La licitación sospechosa

El impecable e implacable Francisco de Quevedo acuñó la célebre frase que dice: Poderoso caballero es don dinero. Nadie puede dudar de la feroz certeza de esa frase, la verdad brutal de esas palabras. Y 34 millones de soles, contantes y sonantes, son poderosas razones para hacer cosas raras, para apresurarse en hacer las cosas y hasta para violar la legalidad. En cualquier parte. Más en un lugar remoto y alejado como es la provincia de Datem del Marañón. Como desesperados por gastar pronto la cuantiosa inversión, como angustiados por conceder ya la buena pro, como impulsados por una fuerza descomunal y desconocida, los funcionarios del Municipio de aquel lugar, con el burgomaestre Emir Masegkai a la cabeza, se extraviaron en una especie de loca carrera contra el tiempo, el reloj, la ley. La ley fue violada porque declararon en emergencia el rubro del agua y del alcantarillado de la localidad de San Lorenzo. Esa decisión sólo puede tomarla el gobierno central. Pero los ediles de por allá mandaron al tacho ese dispositivo y siguieron adelante como poseídos por una fuerza oscura.

El socarrón Ricardo Palma no se quedó atrás en su consideración sobre el poder del dinero e hizo decir a uno de sus personajes que por la plata baila el perro y el gato sirve de guitarrero. Como entre la música de mininos y canes, los funcionarios de por allá decidieron exonerar los rigurosos pasos de la licitación, cualquier licitación, y con la velocidad de atleta concedieron la obra  -y los 34 millones contantes y sonantes- al  consorcio conocido como Trajimat. Es decir, los ediles de por allá, no tuvieron ningún inconveniente en evitar la variedad de propuestas, de alternativas, y acabaron pronto con la faena. Algo totalmente extraño, sospechoso, por decir lo menos. ¿Quiénes les perseguían, acosaban, a esos gallardos funcionarios para que por su cuenta y riesgo violaran la ley y apresuraran las cosas escandalosamente? ¿El agua y el alcantarillado de San Lorenzo merecían esa opción ilegal, esa prisa despiadada? ¿O los 34 millones de soles son caballeros poderosos que hicieron bailar al perro y pusieron al gato de guitarrista?

No nos cabe la menor duda de que estamos ante una más de esas licitaciones extrañas, sospechosas. Es imposible pensar o decir otra cosa, considerando la manera cómo se hizo todo. Considerando la manipulación evidente de declarar en emergencia el agua y el alcantarillado de esa ciudad, algo que puede ser cierto pero que no compete al gobierno local. Considerando el salto para designar rápido a la empresa ganadora. Desde luego, no estamos en contra de mejorar las condiciones del agua y del alcantarillado de cualquier lugar de la región, del país, Pero nos oponemos a esas maniobras evidentes que buscan el beneficio personal y el lucro gracias a la alta inversión del dinero de todos y todas. Allí está el problema. Consideramos, sea o no sea poderoso caballero don dinero, baile no baile el perro por la plata, que esa licitación se debe investigar en el término de la distancia.