¿Recuerdas ese episodio de KUWTKKeeping Up With The Kardashians, donde Kim “sufría” mientras un pequeño rodillo pasaba por su cara? Bueno, eso es microneedling pero sin todo el drama. Es una terapia de inducción de colágeno, una técnica mínimamente invasiva que se aplica sobre la piel, mediante el uso de un rodillo especialmente diseñado para ello: el dermaroller.

Este rodillo cuenta con nueve pequeñas agujas en un extremo, cuya profundidad se puede regular para diferentes tipos de piel y objetivos. Al usar esta herramienta, se estimula la producción de colágeno mediante un número mínimo de perforaciones apenas perceptibles y que no dejan ninguna marca.

De acuerdo con el Dr. Harry Glassman, cofundador de la firma SkinClinical, toda persona con pérdida moderada del tono o de la elasticidad de la piel puede beneficiarse del microneedling, así como quienes tengan cicatrices de acné de leves a medias.

Por cierto, no es una técnica que se aplique solo en el rostro, otras partes del cuerpo también pueden ser beneficiadas por el uso del microneedling.

Los resultados positivos son muchos, tanto en el rostro, como en el resto del cuerpo: reducción de arrugas finas y moderadas, disminución de cicatrices; recuperación de pieles quemadas ayudando a la regeneración de la dermis. También mejora la textura de la piel. Reduce la flacidez cutánea y ayuda a combatir la celulitis y las acumulaciones de grasa (¡es un milagro!). Disminuye la apariencia de estrías al ayudar a la renovación de la piel desde el interior. ¿Te parece poco?

También trata la alopecia, al ayudarse del dermaroller para la inducción de preparados y tónicos (genera microcanales que facilitan el paso de activos cosméticos). Los resultados son visibles desde la primera sesión. Y no, no es tan doloroso como estás imaginando.

Eso sí, para esta y cualquier otra técnica cosmética, debes ponerte siempre en manos de los expertos. No juegues con tu salud.