En un cuento de Monterroso había un personaje que era escritor pero no le gustaba escribir. Huía como si viera al demonio. El enfrentarse a la página en blanco le acarreaba más de un serio problema casi de identidad. Pero le gustaba hablar en las tertulias. Aquí en este lado de la meseta castellana hay un político que causa risa y casi pena. Sigo pensando que el comportamiento de la clase política en España todavía está impregnado y atufado del legado de ese franquismo autoritario. A los políticos y políticas les importa poco la ciudadanía. No rinden cuentas a nadie, sólo a su conciencia (que está llena de lodo y otras estulticias). En el caso más grave de corrupción de su partido, el partido conservador (llama mucho la atención que el Nobel de Literatura peruano no haya hecho una crónica sobre la corrupción en este país ¿será por qué en muchos de los casos de corrupción están sus amigos?), el presidente del partido y presidente de gobierno de este Reino dio una conferencia de prensa a través de un plasma para evitar las preguntas de los periodista ¿lo pueden creer? Aquí se vive un mundo real maravilloso (tanto que García Márquez, wa Thiongo son niños de teta), son estándares de conductas perniciosas, se comportan como cualquier dictadorzuelo de repúblicas bananeras. Según el propio presidente de gobierno este es un país normal ¿? Lo contó el mismo que cada mañana al despertar se pelea con su hijo para leer un diario deportivo, que nos cojan confesados el nivel intelectual de este sujeto. Ahora que estamos en plena campaña electoral para la presidencia de gobierno desde distintos foros están promoviendo debates entre las principales fuerzas políticas – incluidas las emergentes que antes los partidos tradicionales no querían ni escuchar hablar de ellas. Bien, el presidente de gobierno ha decidido no acudir a ninguna de ellas, salvo que le llamen para comentar partidos de fútbol ¿es posible esto? Pues, sí. Su comportamiento es similar al del escritor que escribía Monterroso que huía de escribir. Este político huye de la arena política, dice que eso de los debates es perder el tiempo ¿? Esta es la democracia posfranquismo o de baja calidad como refieren algunos.