El honor de la estricta verdad, lo central de ese centro no eran las citas literarias musicales. Eran las llamadas conferencias sobre diferentes temas que influían en la vida social y que bien podrían programarse  hoy en día. El señor Jenaro Herrera disertó  sobre la independencia  regional,  por ejemplo. Ese tema nos hace falta para no seguir repitiendo como única historia esa gesta que también tiene su épica  local, su gesta regional, que se complementa con ese 28 de Julio que pone a Lima como el centro   de esa emancipación.

Lo cual no está mal. Pero es insuficiente.  Los otros  temas se referían a la agricultura, el tabaquismo, el rol de la mujer, la nueva conexión a Lima, las enfermedades venéreas, el alcoholismo y otros temas tan actuales que deberían ser temas importantes para los presentes. Lo curioso del asunto es que la conferencia, como tema, como costumbre, como costumbre, es todavía una ilusión, una esperanza.