Las lesiones o heridas que rompen la piel u otros tejidos del cuerpo si no se atienden adecuadamente pueden provocar la muerte. Arañazos, cortaduras, picaduras en la piel, quemaduras, raspones y otros son heridas que requieren de atención.

Cerca de cinco millones de personas mueren anualmente en el mundo por heridas externas y sus complicaciones, por esa razón es muy importante un  cuidado adecuado. Bastan tres semanas para que una lesión común cicatrice pero si hay una abundante producción de un líquido blanco llamado exudado que genera el propio cuerpo, aumenta riesgo de una infección.

Concepción García, enfermera clínica y especialista en heridas, de la empresa BSN Medical, explicó que al romperse la continuidad del tejido de la piel, se convierte en una entrada de microorganismos que de no detenerse pueden ocasionar incluso la muerte.

 

¿Qué debemos saber de las heridas?

Coagulación, inflamación, proliferación (cuando se producen células nuevas) y remodelación del tejido son las cuatro etapas de  la evolución de las heridas y se desarrollan aproximadamente en tres semanas.

Si en la etapa de inflamación se produce un líquido inodoro y transparente, se corre un riesgo considerable. Si en los primeros tres días de la lesión en la piel y tejidos este fluido no disminuye, el riesgo de una infección está presente.

Cuando esta secreción es abundante, espesa y con mal olor, lo que comúnmente conocemos como pus, es sinónimo de complicación porque la humedad que permanece en la zona ayuda a la proliferación de bacterias, y daña la piel que rodea la herida incrementando su tamaño.

Es muy importante vigilar la evolución y cuidado de las heridas para evitar complicaciones y el material con el que se cubre la zona afectada debe elegirse de manera correcta.

Estos materiales funcionan como una barrera que impiden el paso de microorganismos a la zona y ayudan al organismo a regenerarse por sí mismo, pero si no es el correcto, puede entorpecer la evolución natural de la herida.