Por Filiberto Cueva

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La música tiene la posibilidad de cambiar nuestros estados de ánimo, logra alegrarnos y también, ponernos tristes. Todo depende de la intensidad de la música, su ritmo y ocasión. Es así entonces que la música puede ser empleada con fines terapéuticos.

La musicoterapia es un método alternativo de terapia que a través de la escucha de la música y sus componentes – sonido, melodía, ritmo y armonía – nos presenta una gama de posibilidades que van desde combatir las enfermedades provocadas por el estrés hasta desarrollar la creatividad, la inteligencia, las relaciones humanas y la paz interior .

“Si nosotros escuchamos música selecta y armoniosa diariamente, notaremos los resultados en corto tiempo. Si en un día determinado una persona se encuentra deprimida y recurre a una música de calidad, como la clásica y la escucha, no solo se sentirá más tranquila y relajada, sino que también tendrá energía suficiente para hacer frente a su estado” comenta Andrea González psicóloga y musicoterapeuta

En los tiempos antiguos, la música era empleada por el hombre primitivo como un medio de comunicación con el infinito. Aristóteles reconocía en ella, un valor altamente curativo y la recomendaba entre sus discípulos. A finales del siglo XVIII se le atribuyó a la música tres efectos: Calmante, incitante y armonizante.

Este método alternativo es para todos, pueden participar niños y adultos, personas con capacidades especiales resultan ampliamente beneficiadas, ya que logran desarrollar nuevas habilidades que les permite integrarse mejor con las personas de su entorno.

Estimulación temprana

Cuando una mujer decide aplicar la musicoterapia durante su embarazo, no solo es ella quien se beneficia ya que incrementa sus niveles de relajación y tranquilidad, sino que promueve en el bebé una conexión entre él y sus padres, estrechando los lazos de amor y familia.

“La mamá que aplica la musicoterapia tendrá menos complicaciones durante el parto ya que reducirá su nivel de ansiedad y aumentará su autocontrol” señala la experta

Los bebés responden rápidamente a los estímulos externos que los padres realizan y a la música que escuchan. Si la música que oyen es pausada y melodiosa tendremos a un hijo moderado y sin mayores complicaciones. Sus niveles de recepción y comprensión aumentan y se verán reflejados a medida de su crecimiento.

Practica en casa

La música que mejor se ajusta para este tipo de terapia es la música clásica, por su alto sentido de armonía. Esta tiene un efecto fisiológico, influye sobre el ritmo respiratorio, la presión arterial y los niveles hormonales.

Si usted desea beneficiarse de la musicoterapia puede escuchar música clásica de los siguientes autores. Para el insomnio, nocturnos de Chopin. Hipertensión, las cuatro estaciones de Vivaldi. Depresión, concierto para violín de Beethoven. Ansiedad, la sinfonía Linz, k425 de Mozart, etc.

Es importante que mientras usted escuche este tipo de música realice ejercicios de respiración pausados y procure que nadie lo interrumpa. Lo mejor es la utilización de audífonos.

Por el tiempo, no se preocupe, puede empezar con 20 a 30 minutos por día, lo más importante además de la música que escuche, es la predisposición que tenga para la realización de este ejercicio. Ánimo.