Fraude sin poder de decisión

ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel

El fraude siempre es un recurso mediático de los perdedores.

Dos días antes de conocer la decisión del JNE de excluir del proceso electoral a Jorge Mera Ramírez el candidato de UNIPOL, Robinson Rivadeneyra Reátegui, declaró para el reportero de este diario, Gregoire Ross, que tenía información sobre “empate técnico” entre tres candidatos y que trabajaba en el escenario probable de una segunda vuelta electoral. Inmediatamente conocida la resolución del JNE se apresuró a mostrar su solidaridad con Mera Ramírez a través del noticiero de Radio Arpegio. Ahora sale con la estrategia de un fraude que pretendería favorecer a la agrupación Fuerza Loretana, según ha señalado el personero de esa agrupación, Guillermo Norohna.

Un magistrado experimentado en procesos electorales me ha confiado que en las actuales circunstancias “es una cosa de locos” hablar de fraude porque las condiciones son totalmente diferentes a las que se vivió hace unos años donde se pudo diseñar un esquema nacional para “torcer la voluntad popular”. Si “algún genio” intentaría realizar un fraude, argumenta el magistrado, tendría que hacerlo fuera del JNE y es más descabellado aún afirmar que el mismo tendría como objetivo favorecer a un grupo regional.

No se crea que el personero Noronha es el único que prevé un fraude. El viernes pasado he escuchado con vergüenza ajena cómo un experimentado funcionario público sostenía que “todo estaba listo” para que el domingo 3 de octubre a través de un USB se cambie las cifras y se favorezca a un grupo en perjuicio de los demás sin dar mayores detalles que sus balbuceos tremendistas.

En verdad los que hablan de fraude no hacen más que adelantarse a su propia derrota. En cuanto al líder de UNIPOL tendría que poner todo su esfuerzo en impulsar una campaña que por lo menos le haga obtener más votos que su candidata provincial July Pinedo. ¿Se imaginan lo terrible que sería que la exconductora de televisión logre más votos que el exparlamentario y expresidente regional? Sería una cachetada no sólo a su perfil como político sino una bofetada a su propia estrategia. Y es que el escenario actual lleva a pensar que así será. Desde que Rivadeneyra desplazó de la candidatura a Vicepresidente a Héctor Minguillo habrá notado que sus bases no son las mismas. Porque si algo había que rescatar de Minguillo era su lealtad en tiempos de vacas gordas y flacas, políticamente hablando. Y poner a July Pinedo –luego de intentos fallidos con otras personalidades femeninas- ha sido una torpeza electoral que no requiere mayor análisis. Rivadeneyra, ducho en lides políticas y electorales, sabe mejor que muchos su real ubicación en las preferencias y conoce que el fraude está más lejos que su triunfo en las urnas.

Como el fraude será un tema que se excluirá de la agenda mediática antes que el gallo cante tres veces es probable que los unipolistas salgan con otra “denuncia”. Pero en las actuales circunstancias aquello del fraude sólo puede provocar burla –como tenemos entendido motivó en los funcionarios de los entes electorales- y lejos de motivar adhesiones perjudica a quien lo promueve.