El gremio conocido como Colegio de Periodistas de Loreto cambió su naturaleza de información, difusión y tratamiento de la noticia para convertirse en una fábrica. Ello aconteció después que su directora, Margoth Reátegui,   decidió entregar un diploma y una medalla al gobernador Fernando Meléndez.  Nadie sospechó que esa ceremonia realizada en  el Día del Periodista, iba a cambiar tanto la vida de la dama mencionada.   La ceremonia parecía inocente, un simple caso de sobonería interesada. Pero luego la entidad se dedicó en cuerpo y alma a regalar diplomas y medallas a cualquier hijo de vecino. El motivo del regalo era cualquier cosa, cualquier fecha. Era entonces común y corriente ver a Margoth Reátegui caminando por las calles con sus diplomas y medallas. Era todo un espectáculo las funciones de condecoración puesto que se hacía  con su animada orquesta folclórica, con sus discursos y con su baile de cierre.

 

En medio de la jarana ella buscaba a más personas para anotarlas y seguir en su campaña de condecoraciones. En estos días, puede verse a Margoth Reátegui parada en una esquina condecorando con medallas y diplomas a las personas que pasan y repasan. Es sumamente impresionante ver a esa dama empeñada en agasajar a las personas que a veces se muestran renuentes a ser condecorados. Ella no quiere dejar de hacer lo que hace pese a las recomendaciones de sus familiares y conocidos.  Desde luego, ella se ha quedado sola ya que los demás integrantes del gremio periodístico han renunciado uno por uno y han formado otro gremio de periodistas. Ese gremio no regala ni diplomas ni medallas, por lo que ha entrado en bronca con Margot Reátegui, quien dice que es deber de todo gremio perderse en jornadas de homenaje a las distintas personas que destacan en la sociedad.