Pobre nuestros oídos

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Durante tantos años se hizo campañas, con el Comité Contra el Ruido, con los alumnos, pero ni a los niños les hicimos caso. Seguimos viviendo en una ciudad salvajemente bulliciosa, tanto así que la mayoría en Iquitos aprendimos a convivir con la contaminación sonora.

1 COMENTARIO

  1. Efectivamente, sino hacemos caso a los niños, hemos perdido todo sentido de lo que significa conservar la salud, en cuestión de ruidos, el «claxon criminal» se ha apoderado de las ciudades, no hay autoridad edilicia ni policial que contenga este antro acústico, a la población solo nos queda la insurgencia, si el lumpen acústico, nos rompe la vida, hay que romperle también las lunas con piedras, no nos queda otra alternativa, ante la ausencia de autoridades, las tenemos mediocres y/o timoratas. el ruido mata.

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