Javier Vásquez

Hace poco supe de un caso de un niño de 2 años con fiebre de semanas que no podían dar con el diagnóstico, después de mucho tiempo, un médico observador dio con el diagnóstico: infección por citomegalovirus.

El citomegalovirus o CMV es una infección causada por un virus de la familia de los herpesvirus. Es una infección común que se propaga por transfusión sanguínea, gotitas de la respiración, saliva, contacto sexual, orina. La mayoría de las personas entramos en contacto con este virus en algún momento de nuestra vida.

Se encuentra de manera universal en todas las zonas geográficas y  grupos socioeconómicos. La infección está más extendida en países en vías de desarrollo y en áreas con pobres condiciones socioeconómicas.

El CMV puede transmitirse por contacto directo con líquidos corporales. La mayoría de las personas con CMV no se enferma y, por ende,  tampoco saben que están infectadas. Pero la infección con el virus puede ser seria en los menores de 2 años y las personas con un sistema inmunitario debilitado. Si una mujer adquiere el CMV en el embarazo, puede transmitírselo al feto y recién nacido. Por lo general, estos niños no tienen problemas de salud. Pero algunos pueden desarrollar discapacidades para toda la vida.

Los síntomas más comunes que se presentan son inflamación de los ganglios linfáticos, principalmente los cervicales, fiebre, cansancio, falta de apetito, dolores musculares, malestar general, erupción cutánea y dolor de garganta. Con menos frecuencia se puede presentar dolor torácico, cefalea, tos, urticaria, frecuencia cardiaca irregular, ictericia, rigidez del cuello, fotosensibilidad, dificultad respiratoria, hepato esplenomegalia.

Las personas que han sido infectadas con CMV, desarrollan anticuerpos que persisten en el cuerpo. Existen exámenes de laboratorio: Inmunoglobulinas G y M para detectar los anticuerpos del CMV y además, el virus puede ser cultivado a partir de la orina, muestras de tejido, etc. para detectar las infecciones activas.

La mayoría de los pacientes se recupera en un período de 4 a 6 semanas sin medicamentos. Se requiere reposo, algunas veces por un mes o más, para recuperar los niveles normales de actividad. Los analgésicos y las gárgaras con agua tibia con sal, u otros,  pueden ayudar a aliviar los síntomas. Los medicamentos antivirales generalmente no se usan en personas con un sistema inmunitario que está funcionando normalmente y se tiende a usarlos en los inmunodeprimidos.

La fiebre normalmente desaparece en 10 días y los ganglios linfáticos inflamados y el bazo vuelven a su normalidad en 4 semanas, pero la fatiga puede persistir por 2 ó 3 meses.

La complicación más común es la infección de garganta. Las complicaciones menos frecuentes incluyen: colitis, síndrome de Guillain-Barre, que ees una parálisisa progresiva de los músculos estriados, complicaciones neurológicas, pericarditis o miocarditis, neumonía, ruptura del bazo.

La infección por CMV puede ser contagiosa si la persona infectada entra en contacto cercano o íntimo con otra persona. Se deben evitar los besos y el contacto sexual con una persona infectada. El virus también se puede diseminar entre los niños pequeños en los nidos. Las buenas prácticas de higiene, incluyendo lavarse las manos correctamente, tal vez la más importante,  pueden evitar infecciones.

Realmente es una infección común, hay que tenerla en cuenta cuando la fiebre se extiende semanas o reaparece continuamente.