Como ya es su costumbre, las autoridades a quienes se los hace notar sus deficiencias y mediocridades, responden como siempre: insultos y falsedades. Todo ello no pasaría de lo anecdótico si es que no fuera porque ante las cifras económicas lo más recomendable es convocar a los representantes de las entidades que tienen que ver con el desarrollo. Una vez más, los gobernantes de turno, prefieren despotricar del mensajero e intentar que todos nos olvidemos del mensaje. No sólo con las estadísticas sino con los lineamientos posibles del desarrollo y con los puntos neurálgicos que obstaculizan el progreso.

En cuanto a estadísticas, por ejemplo, la producción de energía eléctrica cayó 7.6% en el año 2015, con respecto al año 2014. El PBI de Loreto tuvo una caída de 19.3% el 2016, mayor que la producida en 1918 con la caída del boom del caucho (-15.8%). Y este año será peor. Porque el menor consumo de energía –según lo ha dicho el presidente de la Cámara de Comercio de Loreto, Tato Barcia- es sinónimo de menor actividad económica.

Las exportaciones cayeron a su nivel más bajo en los últimos 30 años, principalmente el sector forestal. El índice de rentabilidad de los restaurantes y hoteles de Iquitos descendió hasta el nivel más bajo desde el año 1990. La ejecución del gasto ha caído 19.7%. La morosidad del sistema financiero se sitúa en el orden del 9.8% (la más alta de las 25 regiones del país). El empleo, en empresas privadas formales de 10 y más trabajadores en la ciudad de Iquitos, cayó en 15,0 por ciento interanual. La mayor parte de las transferencias se destinaron a la compra de bienes y servicios (42,3% del total) y, apenas el 30,8% del total a inversiones.

Para quienes quieran escuchar se ha repetido hasta el cansancio que será imposible que logremos desarrollo si es que no logramos integrarnos a la red vial nacional, es decir, llegar con facilidad a cualquier parte del país. Si continuamos postergando la integración a la red eléctrica nacional vamos a carecer de este servicio con eficiencia y capacidad para que la industria deje de ser un sueño. Mientras no tengamos como prioridad el mejoramiento del servicio de internet seguiremos aislados, y no únicamente por la geografía. Si tan solo en estos tres puntos mínimos logramos impulsar una acción que nos muestre unidos ante el Poder Ejecutivo, ningún gobierno –el actual y los que vengan- podrá postergar la ejecución de obras que mejoren los tres temas planteados.

Ya se sabe que los gobernantes actuales van por otro camino. Algunos por convertirse en autoridades con mayor jerarquía, otras por imponer candidaturas que no tienen mayor pergamino que la improvisación. Que ellas sigan en lo suyo pero que no distraigan nuestra atención. La respuesta insultante ante las cifras lo que pretende es mantenernos en esa condición porque así es mejor para ellos.