Informe acerca de la curiosa campaña de Charles Zevallos y sus «besos en la boca». Esta vez desde la ciudad de Nauta.

2 COMENTARIOS

  1. Al parecer empezò a ingresar la diatriba y los intereses subalternos en la campaña- Era de esperarse. Tal vez el propio Zevallos se la buscó por boca floja. Pero lo cierto es que dar besos a quién hace daño. Lo hacen a cada rato los futbolistas entre ellos. Algunos candidatos lo hacìan con frecuencia en programas internaiconales de televisiòn y todo era simplemente grasioso y raitinero. Si de estilos de campaña se trata, ¿no será más grosero andar cargando bebitos ajenos como ñoños relamidos, tapar baches o construir improvisados puentes descartables aprovechándose del bien público deteriorado, moverlos senos en los estrados o regalar huevos con plumas, sortear regalos como prevendas o jugar bingos y ufanarse de asistencias multitudinarias de respaldo, cuando todo no es más que la ofrenda de una ilusiòn por ganarse un sencillo con cualquier cartón, así esté más usado que papel higiénico en cinede barrio? Cuidado, que los cartones de bingo no son cédulas electorales, como tampoco los piquitos forzados tienen la carga de un ósculo comprometido.

  2. Por que Charles solo besa a mujeres? Acaso no es tambien amigo de los gays? O sera que se quiere meter al closet? ¡¡Muerte a las traidoras!!

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