Un grupo de escritores y artistas entre los que se encontraban Walter Benjamín, Marcel Duchamp, Vicente Huidobro, Paul Klee, Salvador Dalí, Scott Fitzgerald, Man Ray, Juan Gris, Robert Walser, Pola Negri entre otros se reunieron para constituir una sociedad que la llamaron Shandy que como nació también a los pocos años se extinguió la ciudad de Sevilla. Shandy viene del dialecto de algunas zonas del condado de Yorkshire que quiere decir de manera indistinta alegre, voluble y chiflada, según Vila- Matas. En esa cuadrilla de artistas estaba también el poeta César Vallejo.  Este grupo tenía pensamientos- guía que los iluminaban como la devoción por las cosas pequeñas. Además que la obra no fuera pesada y entrara en un maletín. La persona debería poseer un nomadismo infatigable, sexualidad extrema (no con ánimo procreativo, cuya definición la etiquetó la escultora Georgia O´ Keeffe), una tensa convivencia con la figura del doble, simpatía por la negritud y cultivar el arte de la insolencia. Estas virtudes y otras historias la desgrana en “Historia abreviada de la literatura portátil” el escritor Enrique Vila- Matas, un aljófar fresco que he descubierto entre mis lecturas de invierno. Walter Benjamín ideó una máquina para pesar a las obras portátiles. Es muy curioso que apareciera en esa caterva de alegres (o chiflados según el punto de vista) artistas el poeta de Santiago de Chuco – mencionar que en otros textos Vila- Matas también menciona a otros escritores peruanos como Julio Ramón Ribeyro, Enrique Prochazka, posee una gran cartografía literaria, no solo europea. Vallejo es visible gracias a una cita de Vicente Huidobro de las reuniones, señalaba: Perú era esgrima pura: César Vallejo. Mientras leía imaginaba al taciturno poeta peruano en medio de la discusión y festejo en estas tertulias shandy. Al poeta que le mandaron a sembrar papas aparece con la intelectualidad europea más refinada, era un zasca al crítico literario limeño de poca sensibilidad y de no asombrarse ante lo nuevo ¿qué pensaría en esas horas el poeta de Trilce en medio de ese faro de las ideas de esta parte del mundo? En la obra Vila- Matas cita unos versos de Vallejo bruñido de espíritu shandy: Este bastón es un piano que viaja para dentro/ y hacia abajo/con saltos alegres. / Luego medita en ferrado reposo, /clavado con diez horizontes. / Adelanta. Arrástrase bajo túneles, /más allá, bajo túneles de dolor, /bajo vértebras que fugan naturalmente. / Otras veces van sus trompas, /lentas ansias amarillas de vivir, /van de eclipse, / y se espulgan pesadillas insectiles, /ya muertas para el trueno, heraldo de los génesis. /Piano oscuro, ¿a quién atisbas con tu sordera que me oye, con tu mudez que me asorda?/ Oh, pulso misterioso. Muy de Vallejo estos versos y muy shandy también.

P.D. El poeta Jorge Nájar tiene una interesante novela inédita del poeta César Vallejo donde recrea las andanzas y pesares de este nómade infatigable.

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