El diablo en campaña

lourdes flores

La generación que empieza a votar nació entre los rangos de 2000 y 2002 cuando esto de la “lucha de clases” o el mismo Sendero eran ya un recuerdo. Ahora el narcotráfico es más una estratagema de campaña que los grupos terroristas en sí, pues quien no tiene entre su familia o en su circulo cercano alguien que ha sucumbido en la enfermedad de la droga.

Una vez más los sectores que quieren que Lourdes Flores sea elegida en la alcaldía de Lima parecen haberse equivocado de cabo a rabo. Una vez más emplearon la estrategia de querer vincular a su rival política inmediata con partidos violentos pensando que esto irradiaría un miedo explosivo en los sectores que supuestamente son susceptibles a este tema del terrorismo y lo único que hicieron es agrandarla a tal punto que Susana Villarán ya se encuentra en un empate técnico que la hace pensar que podría ser la próxima alcaldesa y con ello la izquierda tomaría un auge impensado en las nuevas elecciones presidenciales pues una figura nueva como Villarán haría pensar que fácilmente podría endosar, en seis meses que falta para este proceso, los votos recientes que obtendría en Lima a un candidato con perfil más o menos como el de ella.

Este perfil parece que no aparece. Muchos pensaron – y me incluyo – que el padre Arana podría levantar la bandera esta de la nueva izquierda, pero parece que no pega mucho. Tal vez una mujer con un perfil mas o menos como  la de Villarán – o tal vez ella misma  si no sale como alcaldesa – podría ser la nueva balota a jugar en los próximos comicios lo que sería un adiós definitivo del espectro de Humala.

Pensar que exponerla en esta campaña con los denominados rojos y peor aún en este último tramo y bajarle la llanta de esta manera es de brutos. Sino la victimizarían era lógico que la expondrían sobre manera en los medios y en la opinión y ya solo bastaría su discurso medio familiar que tiene para sentir que la estaban maltratando y hacer crecer su imagen lo que finalmente pasó. Además a estas alturas, pensar en esto de izquierda o derecha es sólo un concepto para los analistas que se leen entre ellos y no una estrategia eficaz de masa.

La generación que empieza a votar nació entre los rangos de 2000 y 2002 cuando esto de la “lucha de clases” o el mismo Sendero eran ya un recuerdo. Ahora el narcotráfico es más una estratagema de campaña que los grupos terroristas en sí, pues quien no tiene entre su familia o en su circulo cercano alguien que ha sucumbido en la enfermedad de la droga. Por eso, cuando Lourdes era atacada con el tema Cataño, en realidad más que por hechos de defensa legal, me parece que la simple asociación de droga era inflamable para empezar su descenso y creo que así sucedió finalmente.

Lo mismo sucede cuando a los grupos regionales se les atribuye como procedentes de izquierda para ser tachados supuestamente de las preferencias. En realidad eso nunca pasa, por eso vemos con mucho de sorpresa pero también como algo predecible que en varias regiones y municipios representativos las encuestas digan que va ver reelección y por márgenes amplios. La misma corrupción – como elemento de desprestigio – lamentablemente ya no funciona como piedra en el zapato. Esta, está tan generalizada que la gente empieza a evaluar los méritos cercanos u obras directas para elegir y asume que la corrupción se irá por otro canal. Eso no quiere decir que se tenga como principio a rebatir o luchar, pero cuando se habla de estrategias de campaña, los enemigos que atacan sobre este punto en verdad son aliados inconscientes – no tontos útiles – pero si, ingenuos muy útiles.

Lea; federicoabril.blogspot.com