La esquizofrenia, la mentira y la tecnología.

En legión miente la gente cuando dice que rechazaría de plano si un candidato político o un movimiento le ofreciera dinero a cambio de su voto. Miente el 66% de los preguntados de acuerdo al estudio de Ipsos Apoyo realizó a pedido del Jurado Nacional de Elecciones para conocer el perfil del votante peruano. Sospecho que el votante no reflejo la realidad al momento de hacerle esta pregunta sobre la percepción ética que no pueden ser medida mediante interrogantes fijas pues el condicionamiento moral mentiroso del ciudadano dará, como en este caso, una respuesta equivocada. Más leal es la respuesta que señala que sí la recibiría aunque votaría por el candidato que a él mejor le parece. Los hechos éticos y/o morales tienen que ser comprobados nunca preguntados pues primará los principios occidentales/ cristianos que nos dieron desde la leche materna.

Igual, en este mismo estudio que se dio a conocer ayer, refleja donde estamos parados los votantes peruanos, se puede comprobar una vez más la esquizofrenia que siempre acompañó las decisiones en momentos electorales pues un 52% de los encuestados advierte que la corrupción es el primer problema del país y sin embargo la agrupación política fujimorista es la más reconocida o con la que mayor gente simpatiza. Aunque es un 7 % (pues la mayoría dice no estar de acuerdo con ninguna), pone en evidencia la real dimensión de la escala de decisiones electorales del peruano. No importa que haya robado, asesinado, lo importante es que se acercó de manera efectiva. Con métodos velados, asistencialistas, mediáticos o falsos, pero finalmente quedó su fantasmal huella sintomatizando la esquizofrenia nacional.

Si la mentira no se desarrollará en los mismos términos que la tecnología, entonces los ciudadanos podríamos estar aún más confundidos con las versiones que aclaran estas mentiras. Por ejemplo, la candidata Lourdes Flores asume con mucho esmero y decencia la campaña electoral en Lima y hace pensar que efectivamente le interesa sobre manera lo que es bueno para la capital y sin embargo una interceptación telefónica revelada ayer demuestra que en su círculo interno piensa de otra manera pues le dice a su amigo Xavier Barrón (con el mismo que jugaba Yan Ken Po cuando estaba en plena sesión de Congreso) , que la alcaldía de Lima es lo último que le interesa es más que esa elección “se la pueden meter al poto” (en alusión a la encuestadora Ipsos Apoyo que emitía cifras donde Susana Villarán era primera en Lima).

La tecnología ilegal del chuponeo nos hace ver las cosas de otra manera, en realidad como siempre fueron, los políticos piensan de una manera en público y entre ellos de otra manera. Por más que se descalifique para efectos legales esta interceptación, para conocimiento de la personalidad de una posible autoridad, es válida. Esa excusa que no sirve para nada porque fue chuponeo es cierto para los que también poseen grabaciones de este tipo. La tecnología (parece que los políticos aún no lo han entendido) va ser que veamos pronto, incluso el color del jaboncillo con el que se bañan los que nos quieren dirigir. Que no les gusta, pues no se metan a ella, si ya de por si es desprestigiada esta hermosa ciencia de la política.

De igual modo la folclórica Sonia Morales interpone una denuncia en la comisaría de Lima diciendo que le robaron 30 mil soles fruto de la presentación musical de fin de semana. Las tres delincuentes (ignorantes de la capacidad de alcance y baratura de estas tecnologías como las grabadoras en video en bombillas eléctricas) roban su cartera de un chifa y se reparten entre ellas el botín. Al ver que son expuestas en los medios deciden entregarse a la Policía aceptando que robaron pero que no fueron 30 mil sino sólo 12 mil soles lo que, efectivamente, es más creíble para tratarse de una presentación musical. La folclórica exageró, tres veces pensando que jamás se iba a recuperar su dinero y la tecnología nos hizo quedar en cuenta aún más que ya no se puede creer en nadie.

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