Bolivia va

Hace unos días tuve la oportunidad de estar en Desaguadero y luego en La Paz – Bolivia. Tenía la curiosidad de constatar in situ las diferencias económicas  y de modelo que a diario se hablan en función al Perú y a lo que en el periodo hispánico y en el intento de la Confederación se denominó el Alto Perú. Días después se realizaría el encuentro que tuvieron los presidentes Alan García y Evo Morales para dar un nuevo impulso al proyecto de unión comercial y turístico en el puerto de Ilo (Moquegua) donde destaca, sin duda por la controversia que genera  el territorio denominado Boliviamar, un pedazo de cinco kilómetros costeros para que los bolivianos puedan veranear y la armada de ese país pueda construir una escuela de instrucción para sus cadetes.

La sensación que tuve reafirmo la idea que entonces concluí hace más de diez años cuando visite el santuario de Copacabana y poblados cercanos a la frontera. En Bolivia – al menos en esta parte principal para el apoyo a Evo Morales, continúa basando su economía en el intenso tráfico comercial formal e informal que se experimenta. La novedad de ahora es que en vez de facilitar el ingreso de peruanos y Bolivianos en ambos países como era antes, el gobierno altiplánico nuevamente ha impuesto el salvoconducto para poder ingresar al país.

Pero no hay duda, Bolivia altiplánica es más a fin a la zona puneña que a la otra parte de su país denominada como la media luna que por el contrario piropea con la zona chilena, más que por intereses comerciales por una especie de racismo nacional que se observa entre sus gentes. Los peruanos de otras zonas no estamos muy bien vistos que digamos, muchos comerciantes desconfían del peruano por un prejuicio a priori de pensar que todos tenemos la “criollada” instaurada en nuestra sangre y la utilizamos desde para comer hasta para regatear, cosa que no sucede entre ellos.

Aún así las cosas fluyen naturalmente a diferencia incluso que de Arica y Huaquillas, por eso volver a escuchar las voces que hablan de preferencias económicas injustificadas para empresas bolivianas en el proyecto de unidad binacional, es desconocer por completo los flujos naturales, geográficos e históricos que hermanan estos circuitos del altiplano y la sierra, costa peruana. Aún sin Boliviamar enchufado al mundo real como recién parece avizorarse en este relanzamiento, el transporte de muchos productos de ese país se realizaban de manera intensa por las pistas peruanas.

Es sólo que existen ciertos grados de desarrollo civil que genera el progreso y la educación. Pues por ejemplo, el combustible, su distribución y sus precios menores hacen que mucha gente de ese país fuese detenida por intentar contrabandearla.  Sus funcionarios de migraciones están más prestos a la coima pues a todo le ponen una observación no tanto por incumplimiento de sus normas sino por la intención de beneficiarse el doble con la posible “mordida” pues el sol allá vale más que el doble del peso boliviano lo que también genera la especulación pues si no eres de allá inmediatamente te suben los precios al doble, desde las carreras de taxi, hasta el almuerzo. Hasta sus policías se sienten que están en un Estado que los ampara en todo pues te tratan como soldado y son los primeros en romper las reglas de tránsito y de higiene en las calles. Se creen unos todopoderosos, esta es sin duda la característica de un gobierno que se ampara en ellos y en su capacidad de fuerza para sostenerse en algún grado en el poder.

Por lo demás, La Paz y la ciudad de El Alto (una especie de una nueva Paz, sólo que integrada por miles de peruanos) parecen sacadas de una postal andina peruana. Donde alguna vez la plata y la ganadería alpaquera incentivó la migración en el Altiplano, hoy lo hace el comercio y el contrabando a tal grado que el punto que Desaguadero, el punto de encuentro entre los dos países es una localidad que fácilmente puede llegar a tener 50 hostales de todo calibre en un pueblito de no más mil personas al costado del lago Titikaka. Si no fuese por los funcionarios de migraciones intentando de todos modos sacarnos una coima y el hallazgo de droga en un automóvil boliviano yendo a La Paz, todo hubiera quedado como un rutinario viaje de placer y trabajo.

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