El bufón que regala besos

Sólo que este bufón no pertenece a ninguna corte sino hace de él mismo, el rey de la inmunidad.

¿Porque un candidato se cree inmune al oprobio de la población y piensa que ir dando besos es lo más alucinante y beneficioso para su campaña electoral? Tal vez porque cree que sus electores son demasiadamente estúpidos y lo van a seguir así se tire al río desnudo o si algún día intenta cambiar de sexo, por el sólo hecho de sentirse el tocado por la diosa simpatía electoral en un pueblo que puede tomar todo a gracia, no necesariamente por ignorante, sino porque aquellos que deberían rendir con el ejemplo y que en su vida política han sido más sobrios; en realidad le han dejado a la gente más pobre una realidad tan nefasta que reírse de este candidato a Maynas – no reírse con él –  es la sanción popular  inconsciente a los políticos tradicionales y regionales que no han sabido demostrar en varias generaciones que la cosa en política puede ser diferente y algo más digna.

El folclorismo en la política regional y nacional también se debe a esa ausencia de sensibilización en la gestión pública. Así como en los sectores de los medios cala mucho que el comunicador ofenda a la autoridad internalizándose en los zapatos del poblador común y corriente y el insulto es en realidad un dardo popular que es agradecido con la sintonía, en la política, el clientelismo y la huachafería es una especie de burla contra todo un sector que aún sigue de espaldas a los intereses de la población, que en los últimos años aún se ha acrecentado más este alejamiento tras los hechos de corrupción que se destapan en todos los sectores y mandos de la administración pública y que ahora más que nunca hace pensar que da igual que un payaso, un transexual, un corrupto, un indígena o un político tradicional son en resumidas cuentas la misma cosa cuando ingresan a elecciones, sólo que con algunos nos divertimos más volviendo inmune su figura mediática del payaso.

Lo que ha hecho el candidato a Maynas por el MIL, Charles Zevallos es convertir el estrado político amazónico en una especie de set de televisión a lo Laura Bozzo todo esto ante la mirada burlona de los medios capitalinos, el candidato se enjuaga la boca en humildes madres de familia que apuradas para no perder la bolsa de regalos con víveres aceptan oscularse con el bufonesco personaje empujando a su vez al resto de sus candidatos que caen ante en el juego deliberado y acéfalo del narcisista Charles ante un estruendoso anuncio del animador. ¡Qué  pase la siguiente! Y, a limpiarse la boca otra vez.

Es una lástima porque muchos de estos candidatos como el mismo joven político Fernando Meléndez que va al Gobierno Regional con el MIL con muchas aspiraciones de por medio,  parece no muy a gusto (de lo que se aprecia en los medios nacionales) en la fila de los besucones nocturnos ante la multitud. Es una pena que un candidato tan aprendido de su militancia estudiantil universitaria, tan conocedor de los interiores de la región Loreto y sus necesidades reales, tan centrado en las propuestas de desarrollo que requieren la región amazónica más grande del país, tenga que ser retratado como el segundo en la fila al dar besos a las humildes señoras que esperan que esta vez la cosa sea diferente y no necesariamente todo se centre en besos a granel.

Aunque algunos atribuirán a la calidad de los electores el hecho que un candidato tan cuestionado por hechos de corrupción desde su paso por el municipio distrital de Punchana y ahora tan bufón con esto de los besos esté ocupando –según las encuesta de varias empresas – el primer lugar en las preferencias electorales en Iquitos. Esta premisa no sería tan cierta si en realidad observamos no sólo la gestión actual provincial y su déficit de credibilidad en cuanto a sus promesas planteadas para ganar esta elección que ya lo deja, sino en la imegane que tienen todos los que a su alrededor compiten en esta justa electoral. Aunque es cierto también que el carisma – parece irónico – en los demás candidatos a la provincia más poblada de la selva es una ausencia que lastimosamente los partidos y  grupos no han sabido plantear al momento de elegirlos precisamente para amenguar un poco la artillería de saltimbanqui interno que tiene Charles. Una mujer de coraje y carismática y que le salga al frente era la opción más concreta para restarle opción pero seguramente pesa el hecho que cada grupo o asociación política eventual ya tiene su candidato en función a su aporte económico y no necesariamente al capital electoral que podría sumar una buena elección para la competencia de octubre. Así, tendremos que conformarnos o divertirnos con este espectáculo hasta que una vez más la realidad nos devuelva precisamente eso: la realidad.

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