[DIRIGENTE LANZÓ BOMBAS MOLOTOV PARA DESALOJAR A FAMILIA].

El asentamiento humano se encuentra divido por supuesto traficantes de terrenos, según vecinos se escudan de dirigentes y venden lotes de terrenos a otras personas. Pobladores piden intervención de la PNP para iniciar con las investigaciones del caso.

En una batalla campal terminó el desalojo de una familia en el asentamiento humano “30 de Agosto” ubicado en la carretera de penetración al centro poblado de Santo Tomás del distrito sureño de la ciudad. Hombres y mujeres se trenzaron a golpes por lotes de terreno deshabitados sindicando a su dirigente como supuesto traficante de tierras quien sería apoyado por personas del mal vivir que moran en el eje carretero provocando la interrupción de la tranquilidad con actitudes violentas.

Vecinos denuncian a David Isuiza Chávez, dirigente del mencionado asentamiento humano por ingerir a agresiones físicas y verbales entre pobladores; a decir de muchos, ayer en horas de la tarde intentó desalojar a una familia por negarse a pagar una sanción en asamblea general. “Trajo consigo matones de la carretera y empezó a lanzar bombas molotov, cuál es la tranquilidad que dice dar ese señor David, estamos cansados de su abuso de autoridad es por ello que le queremos fuera de nuestro pueblo, sin embargo se niega a dejar la mamadera, prácticamente el vive de las ventas de terreno y se gana la vida con la plata del pueblo”, sostuvo una vecina. Las agresiones se prolongaron hasta la mañana de ayer, después de las bombas (molotov), pobladores se enfrentaron dejando como saldo varias personas heridas. “No vamos a permitir que vengan a ser lo que les venga en gana, esperamos que las autoridades tomen en cuenta nuestro pedido se sepan la cruda realidad en la que vivimos”, indicó otro vecino.

Mientras tanto, vecinos que apoyan a la gestión de Isuiza Chávez le defendieron a capa y espada manifestando que no son traficantes de tierras mas bien, hacen un bien a vecinos evitando que personas del mal vivir ingresen en viviendas deshabitadas. No obstante, exigieron la tranquilidad y la paz, sin embargo con violencias evidenciaban lo contrario. (M. Lizarzaburu)