[Conversatorio en Gobernación]:

La política peruana, a veces, parece un capítulo de la superficial farándula. Espectáculo nada grato, estrépito sin alma, circo compulsivo, sobre todo en tiempos de elecciones, ese oficio ha perdido la seriedad que antes tuvo, cuando vivían los próceres de esta patria. Pocos se salvan de ese desmadre que se explica por la crisis universal de ese rubro, del ejercicio de la política. La sociedad nuestra se ha farandulizado, por otra parte. Todo tiene que ser llevado al predio de la diversión, del espectáculo, siendo la televisión su vehículo más notable. En ese contexto, la serie de conversatorios que se realizan en la Gobernación presenta, hoy viernes, a las 8 de la noche, a un conocido periodista que conoce ambos mundos.

Es don Beto Ortiz. El tema es sugerente, es importante, para quien quiera que sea: ¿Política o farándula? El citado es uno de los pocos que puede referirse con conocimiento de causa a ambos rubros. En estos tiempos, viene transitando por ambos mundos, como andando por dos vertientes que pueden separarse y que pueden unirse como decimos al principio de este escrito. ¿Qué es peor, la política o la farándula? ¿Cuál es el mal menor? ¿Una sociedad puede prescindir de la farándula, de la política? ¿O ambos rubros deben coexistir como almas gemelas. Cada quien tiene su opción, su preferencia, por supuesto. Es cuestión de gusto, de elección, de preferencia. Pero nosotros no podemos dejar de decir que no conocemos a ningún país que haya progresado inclinándose más por la diversión, por la farándula. De tal suerte que pensamos que lo único que nos queda a los peruanos es desfarandulizar la política, salvo mejor opinión y parecer.