Por: Moisés Panduro Coral

No hay que quejarse de la crisis, la queja no ayuda a nada. La protesta por la protesta, tampoco. La reminiscencia de “federalismos” o “independentismos”en lugar de aportar, distrae. Hay que recordar que por las arcas municipales y regionales pasaron miles de millones de soles de canon petrolero, y que el malgasto, el dispendio, la farra presupuestaria y el robo descarado de esos recursos fueron hechos, en gran parte, por las autoridades que el pueblo eligió. Los alcaldes y presidentes regionales no han sido elegidos por el “centralismo limeño”, ni por Palacio de Gobierno, ni por nadie que no sea el elector que vive aquí, en Loreto, no en la costa, ni en la sierra.

¿Cuál es el camino, entonces? Pienso que ahora que estamos adportas de un nuevo proceso electoral en el que elegiremos a quien conducirá los destinos del país por los siguientes cinco años, lo más pragmático y realista es convertir la crisis en una oportunidad. Propongo, por eso, las siguientes líneas directrices a implementarse:

  1. “Sensibilizar”, concienciar, interesar al gobierno vigente y a los dos candidatos presidenciales en la problemática del desarrollo regional. Del primero se deben obtener, con argumentos y propuestas, los recursos urgentes para financiar el sostenimiento de servicios prioritarios, salud y educación, básicamente, así como obras al 100% como ya se está haciendo con algunas municipalidades. De los segundos, sean Keiko o PPK, debemos obtener su compromiso con la agenda de Loreto.
  2. Lo anterior implica que debemos tener una agenda concertada entre las “fuerzas vivas”, no entre los avivatos que todo lo ven negocios, coima y porcentaje. Esa agenda debe contener básicamente tres áreas: las acciones prioritarias en el campo de la creación de empleo, la educación y la salud, un shock de inversiones con miles de pequeñas obras de interés barrial (comunal, vecinal) para poner dinero bien ganado en el bolsillo del pueblo, y los grandes proyectos de infraestructura económica-productiva..
  3. En cuanto a los grandes proyectos, debemos establecer la obligación geopolítica e histórica del Estado peruano de construir la carretera Iquitos-Saramiriza-ramal Gueppí, la carretera Iquitos-Bellavista-Mazán-El Estrecho (un solo proyecto, no en pedazos), entre otros; así como el destrabamiento de los proyectos de hidrovías amazónicas en todas las rutas diseñadas desde el 2007, el aceleramiento de la línea de transmisión eléctrica Moyobamba-Iquitos, entre otros.
  4. Propiciar la transformación de la estructura productiva regional, con la creación y funcionamiento de varios Centros de Innovación Tecnológica que incluya, además de la transferencia tecnológica, el financiamiento de proyectos productivos: piscícola, agroindustrial, turismo, forestal, etc.
  5. Dotar de un nuevo marco tributario a Loreto. Eliminar el reintegro tributario y replantear las exoneraciones que deben estar sujetas a resultados concretos, como por ejemplo, la reinversión de un porcentaje de las utilidades en favor del financiamiento de proyectos de jóvenes emprendedores, diferenciación de tasa impositiva para la industria, etc.
  6. Aprovechamiento sostenible de las ventajas compararativas que tiene Loreto, como los aguajales y otros manchales para establecer –en alianza con las comunidades ribereñas e indígenas- áreas de reducción de emisiones de carbono y metano, su certificación y su oferta en el mercado del carbono.
  7. Cambio del currículum formativo-educacional que promueva una nueva actitud capaz de trasladarnos del conformismo a la competitividad, del asistencialismo al emprendedurismo, de la reactividad a la proactividad, de ser consumidores a ser prosumidores, de la falta de identidad a la total identidad, de la indecencia a la integridad.

Como verán, hay temas que deben atenderse inmediatamente, hay los que deben materializarse en el mediano y largo plazo, y hay aquellos de corte más profundo y trascendental que tiene que ver con la mente y el espíritu. Que Dios nos ayude.