Mi padre y yo

Moisés Panduro Coral

Doy testimonio que mi padre fue un alma buena. Parapetado, o tal vez protegido, en ese carácter duro, rígido, de pocas palabras, yo sé que se escondía un alma de niño. Un alma de niño que disfrutaba jugando con otros niños, que intercambiaba obsequios con otros niños como ocurría con el niño que le llevaba torta helada del restaurant vecino para recibir a cambio juguetes que sus nietos ya crecidos nunca utilizaron y que eran guardados celosamente por él libres de polvo y salvados del deterioro. Un alma de niño que, contraviniendo las disposiciones, no dudaba en madrugar para liberar a la coneja mascota de su jaula por que no podía entender por qué bendita razón esa criatura tenía que vivir aprisionada si había nacido para ser libre, correr, saltar, jugar, como cualquier otro niño.

Mi padre fue también un hombre bueno. Miro la fotografía en blanco y negro que guardo con unción y me veo un niño con los pies descalzos reposando en sus brazos, con una expresión increíble de chico asustado. Pareciera que el mundo que estoy descubriendo me asombra, me desconcierta. Y no va a ser. Este es un mundo del que nos hacemos responsables desde el momento en que aquí nacemos. Seguimos siendo responsables mientras vamos dando nuestros pasos en cuatro, en dos y en tres patas, sucesivamente, como en el enigma de la Esfinge a Edipo. Una responsabilidad que termina relativamente cuando nos reconvertimos en átomos infinitos en busca del hálito divino. Éste es un mundo asaltado por la frivolidad y la rencilla, un mundo relleno de hipocresías y de codicia, y para cambiarlo, hace falta una ilimitada y fluida dosis de solidaridad, de amor al prójimo, que es de lo que carece actualmente.

Mi padre también quiso cambiar el mundo. Asumió con fervor su militancia aprista que le permitió visionar el mundo. Justicia social, pan con libertad, democracia económica, integración latinoamericana, solidaridad con los pueblos oprimidos. Si contaría las anécdotas que motivaron su vida como sindicalista de choferes de la ruta Pucallpa- Lima, no le sería leal. Los pueblos, sus gentes, los amigos, las noches de bohemia, la guitarra, el bolero cantinero, los tragos, los accidentes, la enfermera, el amor. Sufrió frustraciones muchas, decepciones varias, pero se las ingenió para navegar triunfalmente en muchas aguas tormentosas. Sin embargo, una de esas frustraciones que le marcó siempre fue la alianza parlamentaria que el Partido hizo el 63 con el odriísmo y, entonces, el se alejó con su rabia silenciosa, y convivió con ella. Yo entiendo ésa su frustración porque probablemente hubiera actuado igual, pero andando el tiempo uno descubre que el mundo no está dibujado en blanco y negro como en la vieja fotografía de mira el pajarito, sino en colores matizados como en la fotografía digital que puedes eliminarla en el acto si no te agrada. Y eso, ese matizado de colores del mundo, su espontaneidad y su fugacidad, hay que aprender a entender si uno aspira a cambiarlo.

Mi padre fue un gran servidor de su Patria. Aprehendido en una leva en Pucallpa, fue trasladado a Iquitos en una lancha del ejército junto con sus compañeros de juventud. El tenía dos edades, una oficial y otra real, una militar y otra biológica, decía. Tenía 16 años cuando lo atraparon en algún lugar de la tierra roja y le llevaron hasta un canchón junto a otros morocos. Tempranamente, a los dos años, quedó huérfano de madre y a su padre lo conoció cando supo que vivía en Iquitos. Sus captores le incrementaron la edad para cumplir con la ley. Le imagino desfilando desde el puerto de Iquitos siguiendo la calle Arica directamente hasta el cuartel Vargas Guerra. Llegó a ser sargento segundo del ejército peruano y sirvió en Cabo Pantoja en su puesto de vigilancia en la frontera con Ecuador. Alma rebelde contra las injusticias, en los tiempos del odriísmo, participó de un levantamiento de la tropa contra los malos oficiales que desviaron durante meses el dinero de las propinas destinados a los soldados burlándose de quienes, -con su rifle en el hombro, un triste galón de cabo y un capote remendado, mal comidos y mal bebidos pero la Patria es el maná, dice la canción del cholo Berrocal que le encantaba-, estaban allí para cuidar la soberanía peruana en la lejanía fronteriza. El movimiento fue debelado, los oficiales involucrados recibieron sanción cuando se investigó y se descubrió la injusticia, pero a él esa insubordinación le costó en su foja de soldado una anotación en rojo con tinta líquida que lo descalificó para reengancharse.

Cosas de la vida. Confieso que yo lloraba cuando él se iba de viaje. El nunca lo supo. Trabajaba en la carretera marginal de la selva y se distanciaba varias semanas de nosotros. Su retorno, cuando le tocaba descanso, era una fiesta monumental en mi alma infantil. Divisarle a lo lejos encaminándose a la casa, cargando una bolsa enjebada con sus pertenencias, era lo mejor que podía ocurrirle a mi existencia de niño. Invadía mi ser un júbilo indescriptible, saltaba, corría, gritaba papa, papá, miraba al cielo agitando las manos. En los últimos cinco años que vivió conmigo, era él quien se ponía triste cuando yo me iba de viaje. Mis hijos me decían a escondidas que le era difícil ocultar su inquietud cuando me ausentaba. Sí, lo sé. Lo delataba el abrazo fuerte que me daba cuando me veía ingresar a casa con el maletín al hombro, acompañado de esa alegría rebosante  que produce el volver a ver a un ser querido aún cuando el alejamiento sólo fuera por un par de días. Sin que nos demos cuenta se habían invertido los roles en nuestras vidas.

Cuando niño, la propina que me daba me servía para alquilar revistas en la plaza del pueblo, para ahorrar en la vieja alcancía de madera que me confeccionó y para depositar mi ofrenda en la pequeña iglesia evangélica que me acogía en su seno todos los domingos. Ahora extraño que me llame de mi nombre, los sábados a primera hora, para decirme que se va a la iglesia. Cuando el partió al oriente eterno, descubrí que tenía unos ahorros, no en una alcancía sino en una cajita de cartón. Sé que de allí extraía las monedas para la ofrenda que desde su escasez económica le brindaba al Todopoderoso. Y claro, estoy triste, por que cuando mire esa esquina de la banca de la iglesia adventista, el ya no estará.

Este domingo será mi primer día del padre sin su presencia física. Y yo no sé si quedarme en la rabia silenciosa contra el cáncer agresivo que lo arrancó de mi mundo o aceptar que no puedo cumplir con una arenga suya que me inculcó desde pequeño y que no le gusta a mucha gente: los hombres no lloran. Lo cumplí como soldado valiente hasta mi adolescencia mientras dependía de él. Hoy no puedo. ¿Saben una cosa?. Vi llorar a mi padre una sola vez. No sé cuántas veces habrá llorado él a solas, como lo hago yo en este momento, pero tengo la certeza de que lo ha hecho en esas circunstancias en las que llorar es la mejor forma de decirle a alguien: te extraño. Es inevitable llorar. Su ausencia me duele intensamente en el pecho, no podré abrazarle ni darle una palmada en el hombro, no le veré hurgando en el refrigerador en busca de mi vino tarapotino, ni le veré leyendo el voluminoso periódico de los domingos, ni podré hablarle una vez más de mis sueños.

Le extrañaré. Y le extrañará también el “víctor díaz”, la avecilla que construyó su nido al fondo de la casa y que en los amaneceres se batía con él en un duelo de silbidos y trinares. Sí, lo extrañaremos juntos, en este día del padre, con más vehemencia que nunca.

2 COMENTARIOS

  1. Acabo de ver a mi hija con una sonrisa maliciosa,como para no enterarme del regalo que viene preparando , con sus hermanos, diciendome,`Papa, que se celebra mañana?…. Hoy, precisamente hoy, se cumplen tres meses que mi padre partió en viaje al mas alla, de donde no se regresa, cuantas veces le vi viajar cuando niño,(trabajaba lejos) y cuantas veces le vi regresar tambien trayendo regalos para todos nosotrosm eramos ocho hermanos (uno murió), mañana es un dia donde nos reuniamos toda la familia en la casa del hermano mayor en homenaje a el, para cantarle como todos los años, las canciones de mi Viejo,Mi Querido Mi Viejo Mi Amigo y siempre con la guitarra para empezar me decia Joyo, la primera y la tercera falta afinar, entonces el afinaba al oido asi de facil,me decia, cuando vas a aprender. PAPA LINDO,! cuanto te extraño! en honor a ti a mis hijos los llamo asi: Papa lindo
    Todavia te sueño diciemdome que racimos tenia que cortar en el platanal, TODAVIA TE SUEÑO contandome sobre el mundo maravilloso de los ovnis, sobre Ganimedes de Yosih ibrain mientras echaba punta al tacarpo para seguir sembrando las semillas de maiz y frejol despues de haber quemado la chacra, o las historias de la Segunda Guerra Mundisl, cuando regalaste en el dia de su cumpleaños a mi hertmano mayor al MAYDENFOR y cuando la comida era medio tela decias comidita que come condorito, asi ocultabas tu rabia porque ya hacia una semana que no te pagaba el huevo frito!!, pero al dia siguiente no se que hacias,pero llegabas del mercado, mientras dormiamostodavia, diciendo,!Mejoramiento de rancho. Siempre has sido el heroe anonimo de la jornada diaria, claro eran muchas bocas que alimentar, tu querias que fuera Piloto Civil, pero siempre sin darte cuenta me orientaste a tener la profesion que hoy tengo.
    Precisamente estoy escuchando la cancion de Segundo Rosero «Si quieres hacer feliz al ser amado hazlo ahora, por que hoy estamos,mañana solo DIOS lo sabe». Deberia haber hecho mas por ti PAPA LINDO, pensaba que tenia papa para rato, no puedo calmar mi pena, me duele mucho tu partida,quizas te seguire llorando no se cuanto tiempo Papa lindo,pero me consuela que llevo tu nombre y uno de mis hijo tambien, Te fuiste sin despedirte,sin avisarnos,solo te escuche decir,de esta creo no me salvo,cuando te atendia en el hospital.
    Mañana es el dia del padre yo ya no tengo, fijate viejo lino, que ahora no puedo terminar de cantar la cancion
    mi soledad de Raul Vasquez, hay tantas cosas quie quiero decirte hoy,por que siempre se postergaba ya que tenias que ir a dormir temprano y llegaba siempre al caer la noche
    Asi debe ser la vida, no lo se, la vida continua, debe ser, mañana recibire cuantos saludos quizas por el DIA DEL PADRE,pero me imaginare que tu lo estas recibiendo al fin y al cabo tu me pusiste el nombre de JORGE.
    HASTA LUEGO PAPA LINDO!

  2. Ing. Moises despues de leer tu articulo, YO NECESITO ABRAZARTE FUERTEMENTE, te conmprendo mejor pero los seres como tu no deberian estar metidos en politica es demasiado asquerosa, contesta mis llamadas x fa.

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