Amazonia permanente en Madrid

En la céntrica librería Iberoamericana quedan ahora los libros editados por Tierra nueva, El insomnio del perezoso, de Miguel Donayre Pinedo, trilogía novelesca sobre el caucho y Época del caucho: Retratos del horror, obra de fotos de las caucherías remotas y de textos de Percy Vílchez Vela. Ambas obras fueron presentadas por los autores y por Jaime Vásquez Valcárcel en el impresionante Museo Nacional de Antropología de Madrid la noche del jueves ante la innumerable concurrencia de un público ávido por conocer algo de ese pasado que de todas maneras le incumbe, porque prácticamente no hay ser humano de hoy que no use ese recurso vegetal que pudo ser la Jauja que los unos y los otros buscaron en vano.

En dos de los ambientes de ese ámbito madrileño, donde no escasean referencias  impresionantes de la cultural selvática ancestral como cabezas reducidas, diseñas arquitectónicos de los jíbaros, motivos artesanales de los Iquitos, tinajas shipibas y tantas otras cosas,  quedan entonces treinta fotos inéditas, tomadas por Silvino Santos hace un siglo,  sobre las estaciones y los oriundos que trabajaron en la extracción de esa savia fatal.  Es una muestra que se quedará en Madrid hasta el dos de setiembre del presente año y los que dirigen ese museo consideran que todo ese tiempo será suficiente para la difusión de una parte de la historia amazónica entre los madrileños interesados en esa región periférica del Perú.

En la memoria de los que asistieron a ese evento, además de las palabras del Embajador del Perú en España, Fernando Eguiguren, de los trabajos de la gente del museo, del congresista Víctor Isla y su obsesión por edificar un museo en Iquitos, quedará también una muestra de la todavía no conocida gastronomía amazónica.  Es decir, bastante o algo de la maraña queda todavía en esta ciudad de otro nivel donde a cada paso se respira el sagrado impulso de la cultura.