Los apristas que deseaban llegar a un puesto público por elecciones tenían que colgarse de la imagen de Alan García Pérez. Pero no sólo por eso sino porque era una orden del líder que toda propaganda vaya con el rostro del expresidente. César Zumaeta no era la excepción. Actualmente muchos reniegan de Alan pero si vuelve a postular tendrán que colgarse de nuevo. ¿O no?