Por Miguel Donayre Pinedo

Cuando leo los diarios peruanos post elecciones pienso que estoy viviendo una pesadilla. Un thriller de pésimo guión. Una tortura. Fragmentadamente me vuelven los malos recuerdos cuando en el bando de uno de los vencedores para la segunda vuelta salen otra vez los nombres de Marta Chávez, Luz Salgado, Fujimori Fujimori. Perdonen son apellidos vinculados al primer fujimorismo y son siniestros. ¿Recordemos a la congresista de la autoflagelación?, ¿a los fétidos casos de corrupción que acompañó al régimen hasta la fuga del cabecilla? Para mi triste consuelo no sólo sucede eso en tierras incaicas. Es muy sintomático lo que está pasando en el mundo porqué los corruptos se refugian en las urnas cuando se vota por ellos y con eso lavan sus responsabilidades. El caso de Italia es clamoroso, hacen leyes a la medida de Berlusconi y en España los corruptos son perdonados por las elecciones [en las listas del partido conservador no exhiben CV sino prontuario criminal], así se les premia. Me parece que nos hemos quedado sin norte y sin brújula.