Dentro de las diferencias entre el hombre y el animal, está la capacidad del primero que tiene para agruparse en un determinado territorio con sus semejantes y poder desarrollarse en comunión. La principal herramienta para que se establezca en sociedad que posee el ser humano es la comunicación, el habla. El Perú es una sociedad, Chile es otra, Italia otra y así con todos los países del mundo, a esto se suma que en cada sociedad nacional interactúan otros grupos sociales, por lo que la sociedad arequipeña no es igual a la sanmartinense, ni la loretana a la limeña. Es más, cada región integra en sus tierras otros conjuntos sociales muy particulares en sus costumbres y tradiciones, distintas a los de otra ciudad de la misma región. A lo que se quiere llegar con este desmenudeo de un mismo conjunto es a percibir que la conformación de los grupos de personas que comparten las mismas características es inherente a la raza humana, lo que define al ser humano son sus particularidades y diferencias con semejantes suyos. El groso de personas se sentirá más cómodo interactuando con individuos con sus mismos hábitos que en un lugar desconocido con individuos extranjeros, justamente porque le inspira mayor confianza un contexto conocido a uno que no forma parte de la rutina.

Entretanto, es verídico el factor sociabilizar como llave para la salud física y mental. Conversar con otras personas, escucharlas, reír, sentir afecto, compartir ideas, emprender objetivos, produce acciones neurofisiológicas agradables, de placer en nuestro cuerpo lo que dará como resultante vivir más alegre, menos frustración y alejarse de las enfermedades. Si bien es necesario que todo sujeto separe un tiempo para estar a solas y meditar en sus hechos; este lapso no debe abarcar la mayor parte del día y debe ser precisamente para evaluar el actuar con visión de mejoras y no que sirva como espacio de auto juzgamientos mártires o depresiones ni  amarguras, en esos estados de ánimos las reacciones electro químicas en nuestro organismo se vuelven tóxicas y resultan en estrés, infecciones, cólicos, cáncer, diabetes, infartos, derrames. Por tal motivo, se considera importante que cada adolescente y joven amazónico se integre a la asociación civil, círculo de estudio, conjunto  artítistico, banda de música, club deportivo o cualquier otro grupo social organizado que le parezca  agradable y que lo frecuente ya que, a diferencia del sector público y privado, las personas que conforman estas instituciones sociales, académicas, están ahí no porque principalmente les mueva el dinero o el poder sino porque tienen vocación de servicio, consideran que dentro de sus deberes está la responsabilidad social y la cumplen. Cuando el joven no pertenece a estos grupos, frecuentará grupos que no tienen base ni mucho menos visión de desarrollo, es decir, integrará grupos de juerga, de vicios, de irrespetuosos; otros mas experimentados en el ocio frecuentarán grupos delictivos, organizaciones criminales, trata de personas, narcotráfico, corrupción. También están los que no integran ni lo uno ni lo otro, se restringen a los hábitos de interacción y se hunden en la soledad siendo recibidos en los ásperos brazos de la depresión, pariente cercano del tío Suicidio. En síntesis, integren grupos organizados o formen su asociación, es la mejor manera de reunirte y conocer personas con ideales elevados, que no tienen por prioridad los instintos básicos, donde las máscaras, las apariencias, no tienen pies ni aureola y donde vales y se te reconoce por el apoyo,  la idea, la innovación que se aportó en beneficio duradero para personas que no tienen las comodidades y las facilidades que posee el joven urbano, si lo que uno quiere es vivir en paz y felicidad, la alternativa de integrar estas organizaciones es un buen transporte para alcanzar tal fin. Adelante juventud, que la trocha la abrimos nosotros.