Sobre Jardín Victoria Barcia Boniffatti

ESCRIBE: Rafael Otero Mutin

¿Cómo así podemos permitir que un gobierno regional sin memoria, de la noche a la mañana, quiera demoler semejante legado histórico que enorgullece a todos los loretanos?

Una reseña histórica que pretende conservar no sólo infraestructura sino memoria colectiva es lo que ha escrito Rafael Otero Mutin al enterarse de la destrucción del Jardín más antiguo y emblemático de la ciudad de Iquitos para levantar allí un nuevo edificio para albergar a los niños.

Querido paisano:

El propósito del presente es alertarte sobre algo inaudito que está ocurriendo en nuestra ciudad de Iquitos y solicitarte que intervengas para impedirlo. Mientras escribo estas líneas se está demoliendo lo que desde 1936 ha sido el más hermoso y amplio kindergarten de nuestro país: el Jardín de la Infancia Victoria Barcia Boniffatti, ubicado en la calle Yavarí. Un patrimonio histórico y cultural de nuestra ciudad, no sólo porque representa una lograda e inmejorable expresión arquitectónica de lo que debe ser un jardín de la infancia, sino también por su origen y la forma como se construyó: con el esfuerzo y participación directa de nuestro pueblo y sus instituciones civiles que en la década de 1930 estaba trabajando para hacer de aquel lugar una ciudad de avanzada, para que sus vecinos pudieran vivir en ella con dignidad.

Ese jardín representa el modelo arquitectónico más logrado de una escuela para niños en edad preescolar: un espacio amplio de 10,000 metros cuadrados, con cuatro pabellones como aulas, rodeadas de abundantes áreas verdes con hermosos árboles de la región, para que los niños puedan disfrutar con libertad de la naturaleza, expresarse corporalmente, correr, jugar y dar rienda suelta a sus impulsos y creatividad infantil. Un digno ejemplo de lo que debe ser un jardín de la infancia, de acuerdo a los dictados de la Escuela Nueva propugnada por los más ilustres educadores de la época: Froebel, Claparede, Montessori, etc. Eso fue posible gracias a que el diseño de ese local se realizó bajo la orientación de una discípula de aquella escuela: Emilia Barcia Boniffatti.

El valor de patrimonio histórico y cultural de ese jardín se deriva además de la forma cómo se originó y se construyó. No lo hizo el Estado, lo hizo el pueblo de Iquitos con el apoyo de sus instituciones civiles. Permítanme contarles la historia de cómo se construyó ese kindergarten para que puedan darse cuenta si es que ella no nos debe llenar de orgullo a los loretanos:

La idea de construirlo fue de Emilia Barcia Boniffatti, la insigne educadora loretana que en mayo de 1931 había inaugurado ya el primer jardín de la infancia público del Perú, en Lima.

Luego de haber realizado esa obra, el Presidente de la República quedó muy satisfecho y ordenó que ella se encargara de organizar otros, a lo largo y ancho del país. Cuando el Ministro de Educación la convocó para darle instrucciones sobre el siguiente jardín a construirse, Emilia Barcia lo convenció de que ése debería hacerse en Iquitos. Comoquiera que él se mostró más interesado en que se construyera en algún otro lugar de la costa o de la sierra, ella insistió que fuera en la tierra donde había nacido y para convencerlo, le ofreció que el Gobierno Central no tendría que gastar ni un sol para construirlo, que ella se encargaría de hacerlo con la ayuda de su pueblo.

El ministro accedió y Emilia viajó a Iquitos para emprender esa obra. Lo primero que hizo fue hablar con el Prefecto para informarle de sus planes y que para lograr su cometido sería indispensable formar un comité donde debían participar todas las autoridades políticas, militares y civiles de la ciudad. Luego de formarse ese comité el prefecto le habilitó una oficina y puso a su disposición el carro de la prefectura para los lunes, miércoles y viernes en la mañana. La municipalidad hizo lo mismo con su carro, para los martes y

jueves. Luego de recorrer la ciudad y explorar donde podría estar el lugar para construir el jardín, el comité acordó que fuera en el área donde actualmente funciona, una hectárea completa en la calle Yavarí, en las afueras de la ciudad en aquellos tiempos. La municipalidad donó ese terreno.

Acto seguido, Emilia convocó a los vecinos de Iquitos y les explicó que ahí se iba a construir un local para educar a sus niños de entre 3 a 7 años, y que necesitaba el apoyo de todos los padres de familia. La respuesta fue inmediata: la gente empezó a acudir llevando ladrillos, cemento y arena, ofreciendo su mano de obra para lo que se necesitara.

Paralelamente Emilia convocó a las instituciones más representativas de la época para que colaboraran en la obra, obteniendo una respuesta inmediata de las autoridades de la Cámara de Comercio, la Municipalidad, la Comunidad China y los Masones. Esas instituciones se comprometieron a colaborar y cada una de ellas construyó uno de los 4 pabellones del jardín de la infancia. Hoy en día si visitan el lugar podrán encontrar a un lado de la puerta de ingreso de cada pabellón una placa recordatoria con el nombre de esas instituciones. Ese jardín se lo debemos al pueblo de Iquitos, al comité que se formó y a esas 4 organizaciones de la sociedad civil loretana.

Sólo después que estuvieron comprometidas esas obras, Emilia recurrió al Gobierno Central para solicitar su colaboración: le dirigió un telegrama al Presidente Benavides pidiéndole que apoye al Comité construyendo el pabellón central que compartirían los 4 pabellones. La respuesta no se hizo esperar:

Gustoso acepto la construcción del pabellón central. Stop.

Pueblo loretano merece escuelas como esa, echa por loretana insigne. Stop.

Prefecto tomará medidas inmediatas. Stop.

Benavides.

Así se logró construir en Iquitos, el Jardín de la Infancia N° 2 del país.

De acuerdo a lo que acabo de contarles, me pregunto: ¿Acaso este jardín de 10,000 metros cuadrados, el más amplio y hermoso del país, con ese origen e historia de participación ciudadana del pueblo iquiteño, no representa un verdadero monumento histórico y cultural de nuestra ciudad, y merece ser conservado, como ejemplo para nuestras generaciones futuras?

¿Cómo así podemos permitir que un gobierno regional sin memoria, de la noche a la mañana, quiera demoler semejante legado histórico que enorgullece a todos los loretanos?

¿Cómo así la alcaldesa de la Municipalidad de Maynas, el Presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Turismo de Loreto, el Maestro que encabeza la Logia Masónica “Unión Amazónica” 5 N° 25 y el líder de la Comunidad China de Iquitos, no han hecho sentir su protesta por semejante afrenta, dejando que se demuela una obra que fue realizada por sus antecesores en esas instituciones, con entrega y nobleza?

Invoco a los líderes de esas instituciones y al pueblo de Iquitos en general para que intervengan e impidan que ocurra esta afrenta al pueblo loretano, evitando la destrucción de ese jardín de la infancia, cautelando que ese rincón de la ciudad mantenga su carácter de patrimonio histórico y cultural de la ciudad.

No dejemos que gobernantes de turno, pasajeros, sin memoria, cometan esta barbaridad. No permitamos que se siga destruyendo la autoestima de nuestro pueblo que cada día que pasa ve que su ciudad se deteriora, dejando de lado todo aquello que en el pasado nos orgulleció. Hagamos respetar nuestra memoria!!!

Debemos recordar que aquel que desconoce su historia o se olvida de ella será nadie hoy y mañana, porque se olvidará de su futuro también.

LLMADA 2 ¿Cómo así la alcaldesa de la Municipalidad de Maynas, el Presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Turismo de Loreto, el Maestro que encabeza la Logia Masónica “Unión Amazónica” 5 N° 25 y el líder de la Comunidad China de Iquitos, no han hecho sentir su protesta por semejante afrenta, dejando que se demuela una obra que fue realizada por sus antecesores en esas instituciones, con entrega y nobleza?