Por Miguel Donayre Pinedo

Los resultados de las urnas del último abril han dibujado un escenario parlamentario muy diverso. Un aviso para navegantes ha sido la debacle o defunción [aunque en Perú la línea frontera entre la vida y la muerte es apenas visible] de los partidos llamados tradicionales con la victoria de los partidos surgidos entorno a una persona o personas y con el fin de obtener la representación popular. Si bien es cierto que el sistema político peruano se escora hacia el presidencialismo, no hay que olvidar el contrapeso de este en el Parlamento. Quien gobierne no deberá hacer la vista gorda a este dato.  Esto obligará hacer concesiones recíprocas y quien sabe, pensando en el bien común. En consecuencia obligará a negociar, acción y costumbre tan poca peruana. Prefiero un gobierno que no tenga mayoría parlamentaria, lo contrario sería un rodillo en contra de la diferencia, contra el multicolor. Hay que obligar a negociar, pactar, apalabrar leyes con otros grupos. Qué el diálogo sea inclusivo, para eso está el parlamento para discutir y no al “carpetazo”. Por eso de inventar demonios de cuernos y tridente como lo hace un grupo editorial y económico a uno de los candidatos para la segunda vuelta, flaco favor hace a la democracia que dicen defender.

1 COMENTARIO

  1. Hay que ser ingenuo o «Pepe el vivo» para no querer darse cuenta que con dinero es facil convencer a varios de estos improvisados congresistas, incluso algunos son hasta ignorantes, que se metieron a la politica para salirse de misios.
    El autor peca de la nota ingenuo o es consecuencia de no vivir en nuestro pais y palpar la realidad ?…..igualito al escribidor Humalista e incestuoso( por convivir con la familia directa) y hoy flamante permio Nobel de Literatura MVLL.

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