Las relaciones amorosas siempre han tenido algún grado de complejidad, sin importar la época o el contexto en los que se dieran. Sin embargo, las nuevas tecnologías, la liberación sexual, el ritmo de vida en las grandes ciudades, y otros factores sociales, han modificado cada vez más las relaciones de pareja. Dando como resultado que cada vez exista un mayor número de variantes de éstas, lo cual tiene ventajas y desventajas.

Por un lado, está bien que ya no se le pongan etiquetas al amor y que aboguemos por un amor más libre en el cual nadie sea dueño de nadie, y no existan los celos, la posesión y el control; pero por otro lado, actualmente existen tantas variantes de relaciones amorosas, que puede resultar un poco confuso saber en cual nos encontramos y cuáles son las reglas que debemos seguir. Y si bien es cierto que cada pareja pone sus propias reglas, en función de lo que le convenga a ambos miembros, las relaciones actuales en ocasiones sólo son reflejo del miedo al compromiso y a la estabilidad de las nuevas generaciones.

Si alguna vez has estado en una relación abierta, tal vez en algún momento te has sentido confundida e incluso has llegado a sentir algo por esa persona, aunque no esté en las reglas, entre otras situaciones con las que seguramente te identificarás si has estado en una relación abierta.

  1. En ocasiones puedes encontrar cosas que no te agradan en sus redes sociales, pero no puedes decir nada, porque aparentemente sólo son «conocidos» con beneficios sexuales.
  2. Si salen a una fiesta juntos y de pronto comienza a coquetear con  otra chica frente a ti, no puedes reclamarle nada, por muy enfadada y ofendida que estés.
  3. No puedes sentir celos y mucho menos hacerle alguna escena, pero cuando intentas coquetear con alguien más parece que él se molesta.
  4. Sabes que existe un sentimiento entre ambos, pero no quieren aceptarlo, y aveces simplemente quisieras decirle que es tiempo de formalizar la relación o adoptar algún estatus. Es entonces cuando viene la clásica frase «¿tú y yo qué somos?»
  5. Hacen todo lo que haría una pareja normal. Salen juntos, van a comer, al cine, a fiestas, salen con amigos, se llaman por teléfono, se envían mensajes, pero cuando le preguntas que si quiere formalizar, él claramente responde «¿Para qué? Así estamos bien.